10

548 45 8
                                    


CAPITULO 10.


Empezó a moverse a medida que metía y sacaba su lengua de mi cavidad, simulando una puta penetración, cosa que estaba sacándome de mis jodidas casillas debido a la excitación. Nuestras erecciones se frotaron con frenesí repetidas veces mientras lo hacía, y yo pensé que moriría maravillado por lo que me estaba haciendo sin ningún cuidado, brutalmente, como un completo animal. Como lo que era... Abrí mi boca en toda su extensión y nuestros dientes chocaron en un leve descuido de parte de ambos, sin embargo a él le importó poco y mordió mi labio inferior, babeándolo como pudo, y sentí cómo la saliva también se escurría por mi barbilla.

Joder, joder, joder...

- Minho, fóllame... duro y sin compasión. - pedí cuando liberó mis labios en busca de un poco de aire. Sonrió de lado al oír mis palabras.

- Quieres sentirme dentro, ¿verdad? - cuestionó jugueteando con su piercing del labio. Mierda, me estaba poniendo más si se podía. - ¿Te gusta... esto? - y acomodó su polla en mi agujero, sin presionar mucho para evitar el ingreso y torturarme, claro. - Contesta.

- Joder... - jadeé cerrando mis ojos con fuerza y echando la cabeza hacia atrás.

- Dilo, Nene. Quiero oírlo, ¿te gusta lo que te hago?
Apreté más mis párpados, no podía ser cierto que yo dijera algo que me hiciese caer tan bajo. ¿O tal vez sí podía?

- Me encanta, Minho. Me encanta sentirte dentro, sentir cómo me la metes... me vuelve loco... - articulé dejando mi dignidad en el suelo para que la pisotease a su antojo, como más le complaciera, no me importaba. No, no por ahora.





....




Luego de follar toda la bendita mañana, finalmente decidimos levantarnos, exhaustos, para darnos una merecida ducha. No, no es lo que creen, esta vez yo me duché luego de mi hermano, entonces no pudo pasar nada en el cuarto de baño. No, yo no podía permitir que siguiéramos haciéndolo o de lo contrario no quedaría nada más de Choi Kibum y Choi Minho, se los puedo jurar.

Me estaba colocando la ropa; un jean negro ajustado, y comencé a agregar mis cadenas a los lados. Jamás faltan mis accesorios a la hora de vestirme. Como les decía, me coloqué el pantalón y cuando fui a por mí playera que estaba en el armario, sentí unas manos tomarme por la cintura apegando mi espalda desnuda a un pecho perfectamente formado que se encontraba en las mismas condiciones que yo. Reconocí al instante que era mi gemelo, ¿quién más podría ser dentro de nuestra casa? Me removí un poco entre sus brazos y reí por lo bajo. El idiota me estaba haciendo cosquillas y creo que no lo notaba.

- Hummm... hueles exquisito, Nene... - susurró luego de aspirar el aroma de la piel de mi cuello. Cerré mis ojos por inercia cuando sentí su aliento golpear justo en aquella zona y moví mi cabeza hacia un lado en señal de que deseaba que me besara allí.

- Pruébame... - dije en el mismo tono de voz que el suyo, tirando con una de mis manos, los cabellos que le impedían posar sus carnosos labios sobre mí.

- Estás mal... acostumbrándome...

- ¿Me dejarás?

- ¿Qué cosa? - preguntó dando pausados besos sobre mi cuello y hombro, de arriba hacia abajo, estremeciéndome con tan solo su roce.

- ¿Podré ser tu droga, Minho? - terminé de cuestionar y él detuvo su labor.

- Te gusta jugar con fuego, ¿cierto, Nene? - interrogó pasando sus grandes manos por mis brazos. - Sólo quiero advertirte que puedes llegar a quemarte algún día.

P.O [MINKEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora