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CAPITULO 21.


Tengan papel o pañuelitos a mano, es lo único que puedo decir, por lo menos yo me lloré todo con este cap (si, soy muy sensible)

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Capítulo Final 1/2

A tan solo unos pasos del auto, mi hermano se durmió, que de no haber sido por mí, que le mantenía firme con uno de sus brazos rodeando mis hombros, se habría caído de culo al suelo; tal vez golpeado, magullado la cabeza, etc.

- La puta madre, Minho. Encima te me duermes. - me quejé. Por un lado era mejor así, ya que, al llegar a la casa, capaz no recordaría lo que le había dicho hacía unos minutos. Eso de que deseaba sentirle dentro, que le dejaría follarme a su antojo, etc... Imagino que ustedes no se habrán tragado esa chorrada, ¿cierto? ¡Claro que era mentira! Tan solo lo dije para salirnos de allí, de la endemoniada casa de... de Jonghyun.

Jesús... la culpabilidad de haberlo besado, empezaba a hacerse paso en mi mente con intenciones de alojarse y no salir jamás. Hasta esa suerte tenía, joder.

¿Dónde me he quedado? Oh, es verdad, en que llevé a mi gemelo a su Audi R8.

Doy gracias al cielo, que no es pesado, de lo contrario, me habría quebrado un hueso al transportarle prácticamente a rastras. Lo recosté en el asiento del acompañante, y le coloqué el cinturón de seguridad; con el menudo estado de ebriedad que tenía encima, en una frenada mía, se iría de boca hacia delante y se partiría un diente sin vuelta atrás.

Me senté en el asiento del conductor, y por primera vez en la vida, encendí el motor del auto de mi gemelo. Ustedes se preguntarán: ¿Cómo coño es que sabe manejar si jamás tocó el coche de Minho? Bien, gran pregunta. A lo que se le llama... saber, saber manejar, no sé, tan solo me ha enseñado un par de veces, Chanyeol, en esos años en los que estuvo en Daegu antes que desapareciera misteriosamente, para después enterarme que lo habían metido preso. Ok, basta de palabrería que debía concentrarme en el camino, en ese camino que aún no había comenzado a transitar.

Me abroché mi cinturón de seguridad, y aferré mis manos al volante al mismo tiempo en que respiraba profundo. Mierda, Dios quiera que lleguemos sanos y salvos. Planté la mirada fija adelante y tras poner el primer cambio, avancé. Bien, el vehículo empezaba a caminar sin problema; vamos, Kibum, ten fe, ¿qué es lo que podría salirte mal? Aceleré un poco y tomé la carretera hasta nuestro destino.

Hice todo lo posible por concentrarme en lo que estaba haciendo para no chocar y hacernos puré con otro auto, pero luego pensé: ¿Qué otro auto, si a estas horas solo a nosotros se nos ocurre circular por estos lugares? Por lo que la tranquilidad se hizo presente en mí por unos momentos. De a ratos miraba de reojo a mi hermano para comprobar que se hallase bien, que no se moviera más de lo debido; se movía, sí, aún vivía, no había muerto, pero tan solo gruñía en sueños o no sé qué; algo escapaba de su boca de vez en cuando, al igual que una que otra sonrisita de lado se le dibujaba también.

De repente, se me cruzó por la cabeza, la idea de poner algo de música para relajarme, la radio, para ser exacto, pero luego caí que no podría ser más estúpido si hacía eso. Si mi gemelo se despertaba y enteraba que yo conducía su Audi R8, ¿quién sabe cuál podría ser su reacción? Es tan demente que se puede esperar absolutamente todo de él. Todo, sin importarle que lo que sea que esté haciendo fuere por su bien, no. A él esas mierdas no le interesaban en lo más mínimo.

P.O [MINKEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora