22

494 39 13
                                    



CAPITULO 22.


Capítulo Final 2/2


Desperté lentamente y descubrí que él, ya no estaba conmigo. Me encontraba solo en la cama de su cuarto, tapado con las sábanas.

- ¿Minho?– llamé sentándome en el colchón. - ¿Dónde estás?

Me puse en pie y envolví mi cuerpo desnudo con la blanca sábana para luego caminar en dirección a la cocina, donde supuse, podría estar mi gemelo, pero me equivoqué. Cuando estuve a punto de llamarle por segunda vez, unos brazos se cerraron en torno a mi cintura, llegando a mi abdomen, empezando a acariciarlo por encima de la tela que impedía dar a conocer mi desnudez.

- Has despertado... - murmuró enterrándose en mi cuello, dejando húmedos besos y pequeñas mordidas sobre él.

- ¿Por qué te fuiste?

- Creí que lo mejor era dejarte descansar. – respondió sin abandonar aquella acción que estaba ejerciendo en mi piel. Sonreí cerrando los párpados y me abracé al agarre que tenía por encima de mi estómago.

- Tengo miedo... - dije en un susurro y mis ojos se llenaron de lágrimas.

Otra vez el puto miedo a que en cualquier momento este sueño se volviese una pesadilla; esa pesadilla que cobraría vida al despertar y comprobar que nada de esto había ocurrido, que tan solo era producto de mi amor hacia él, y que seguiría sufriendo constantemente por el resto de mis días a su lado. Es decir, hasta el día en que muriera. Pero eso no era todo a lo que le temía. No... por supuesto que aún quedaba lo que le seguía a mi pesadilla, y era mi locura. Yo, irremediablemente, estaba trastornándome.

- ¿Miedo? ¿Miedo a qué? – cuestionó rozando su mejilla con la mía.

- Miedo a despertar. Miedo a caer en el juego que mi mente le está haciendo a mi corazón. Ese maldito miedo a que todo esto que está pasando, sea resultado de...
- no pude continuar. Mi voz se quebró con solo verme en la obligación de tener que aceptar mi demencia.

- ¿De qué?

Negué con la cabeza como respuesta y me giró con lentitud hasta quedar frente a su rostro. Posó uno de sus manos en mi mejilla mirándome fijamente. ¿Por qué me miras así? ¿Por qué haces esto? Dime que no es un sueño, te lo ruego, mi amor. Y si así es, por favor no te molestes en despertarme. No quiero. Yo no quiero despertar jamás; deseo vivir en esta fantasía por siempre, teniéndote conmigo, sabiendo que me amas...

Limpió mis lágrimas con sus pulgares y examinó cada rasgo de mi cara con detenimiento, paseándose por mis rojizos cabellos bajando hasta mi frente, continuando por mis ojos, nariz, boca, barbilla, para luego devolverla por el mismo recorrido hasta encontrar devuelta nuestras miradas sin abandonar esa adorable sonrisa totalmente ajena a él, pero que me estaba regalando desde que habíamos despertado.

- No debes temer, Nene... estoy a tu lado, estoy contigo y jamás te dejaré. – me entumecí entero al oírle y más agua salada cayó simulando una cascada por mis ojos.

Joderrrr... no podía ser tan llorica, coño. Frente a él, ¿qué pensará de mí?

- No llores. Ya te he dicho que no me gusta verte llorar.

Rozó sus labios con los míos, estimulándome a que le besara, y así lo hice. Sin apuro, con amor... Me apegó más a su cuerpo y, sin romper el beso, tomé sus manos guiándole hasta el comienzo de la sábana, allí donde yo mismo había hecho un pequeño nudo para que no se me cayese.

P.O [MINKEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora