Corrieron velozmente por varios caminos. A medio día salieron de Bryanjax y llegaron a la bahía en la tarde.
Taris miró el cielo, parecía que una tormenta se acercaba.
-Esta tormenta parece que será muy fuerte. Opinó.
-Lo será, pero por suerte, no aquí en la tierra, si te fijas bien, se está hiendo al sur, por desgracia, donde nosotros tenemos que navegar hasta encontrar el barco de Keyval.
Era cierto, Taris miró las nubes un rato.
Miró a los soldados y dijo
-Una tormenta, al parecer, se desatará en el mar. No quiero obligarlos, ustedes son libres de decidir qué hacer.
Varios soldados bajaron de sus caballos y cargaron con las armas que traían. Se acercaron al lobo y uno de ellos dijo
-Todos en Bryanjax tenemos una deuda con usted. Además ese condenado pirata mató a nuestro conde Carbasto... no me importa si muero, no nos importa que muramos, lo único por lo que vamos es por dos razones; usted y la venganza por Carbasto.
Taris miró al soldado, luego a los demás y ellos asintieron.
-Bien... busquemos el barco.
Bajó del caballo seguido por los demás hombres.
Hallaron el barco del conde; era negro con franjas rojas. Muy grande y parecía estar hecho de una madera muy resistente.
Cargaron las armas y varios cañones, junto a docenas de balas y pólvora.
En cuanto estaban a punto de partir, Jalban dijo
-Cuando regresen, espero que jamás nadie los moleste.
Taris afilaba su espada, al oír al anciano se quedó pensando un momento, luego comentó
-Antes de todo esto, vivíamos tranquilos en una aldea. Creo que si acabamos con Keyval, se acabarán gran parte de nuestros problemas.
-¿Por qué dices ''gran parte''?
El lobo miró la hoja reluciente de la espada y dijo al momento de guardarla en su funda
-Keyval nos ha ocasionado muchos problemas desde que supo que Dáia estaba conmigo. Si él desaparece, ella podrá ser feliz.
-Contigo. Agregó Jalban.
Taris lo miró y sonrió a la vez que el anciano.
-La traeré de vuelta Jalban... cueste lo que cueste.
-Los costos, pueden ser muy altos dependiendo de lo que quieras salvar. Podría incluso poner en juego las vidas de tus seres amados... y la de uno mismo.
En ese momento un ventarrón atravesó toda la bahía.
Taris miró hacia el lugar donde se dirigía la tormenta. Esta iba a explotar dentro de cualquier momento.
Miró de nuevo a Jalban y este se había dado la vuelta para regresar a donde su caballo.
-¿No vas a despedirte? Preguntó el lobo.
Jalban subió a su caballo y dijo a Taris
-Ya me despedí de un ser querido. No quiero hacerlo con otro, pues sentiré que también se irá de este mundo.
El barco comenzó a alejarse del muelle.
Taris miró a Jalban quien asintió.
-¡Volveré Jalban. No dejaré que me venza esta vez!
ESTÁS LEYENDO
El Lobo y la Sirena
Lobisomemuna noche Taris un hombre lobo se conoce con Dáiady,una sirena quien es buscada y perseguida por un grupo de piratas, liderado por el terrible capitán Keyval.