Capítulo 10

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¡La luna llena era mañana!

En la aldea había un revuelo. Se ofició misa para que todo saliera bien y todos incluido Taris se encomendaron por si acaso morían.

Taris entró a su antigua casa, en donde él y Dáiady se hospedaban.

Pero la sirena no estaba ahí.

Salió nuevamente de la casa y miró por todos lados para ver si la encontraba, más Dáiady no aparecía y él comenzaba a preocuparse.

-Supongo que buscas a la chica. Dijo Vaslief detrás de él.

Taris se dio la vuelta y lo miró unos segundos.

-¿La has visto? Preguntó el lobo.

Vaslief señaló en dirección al rio mientras le contestó

-Dijo que iría a nadar un poco.

Taris le agradeció y se fue corriendo.

Cuando estaba un poco cerca, escuchó unos chapuzones y ruido del agua. Taris se ocultó detrás de un árbol y miró que sucedía.

La sirena saltaba fuera del agua y volvía a caer dentro de ella. Mientras se hallaba en el aire Dáiady daba un fuerte colazo a un muñeco que ella había clavado en medio del rio. En una de esas le dio tan fuerte que la cabeza salió volando y rodó hasta el árbol donde Taris estaba escondido. El lobo salió de su escondite y recogió la cabeza.

-Hola Taris. Dijo ella tranquilamente.

Taris le lanzó la cabeza al momento en que le preguntó

-¿Qué crees que estás haciendo, Dáia?

La sirena tomó la cabeza y se la colocó firmemente al muñeco. Luego dijo

-Yo también quiero pelear.

-¿Qué?- exclamó Taris sorprendido -. Dáia, ¿estás segura de eso?

-por supuesto. Contestó la sirena mientras movía sus manos grácilmente en el agua.

-Pero yo no quiero que lo hagas, es muy...

-Lo sé; muy peligroso para alguien que nunca ha estado en una pelea.

Taris no dijo nada. Se sentó a la orilla del rio mientras Dáiady se acercó a él.

La sirena colocó su mejilla sobre sus brazos cruzados y le preguntó

-Taris, ¿tú crees que soy débil?

Él la miró con una expresión burlona y le contestó

-Si lo fueras, ya estarías muerta. No sé si es porque no eres humana pero, eres la chica más fuerte que conozco.

Dáiady se sentó en la orilla dejando parte de su cola dentro del agua. Puso su cabeza en un hombro de Taris y le dijo.

-no veo por qué crees eso.

-Es que eres tan fuerte, que no ves todas las cosas que has sufrido. No tengo tu habilidad para percibir cómo se sienten los demás pero, estoy muy seguro de que tú, eres mucho más fuerte que yo.

Dáiady sacudió su cola y salpicó a Taris

-No juegues conmigo de esa manera. Le reclamó tiernamente la sirena.

Taris le sonrió y puso su cabeza sobre la de ella.

-Tienes el cabello mojado. Expresó él.

-Estuve nadando bobo.

El Lobo y la SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora