CAPITULO 04 - UN DESPERTAR

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-UN DESPERTAR–


El gran señor del oeste majestuoso e imponente se encontraba pacíficamente recostado sobre la sombra que daba aquel árbol tan inmenso descansando, disfrutando de un momento tranquilo, relajado esto no le quitaba la gran presencia que desbordaba y la autoridad inminente que imponía en cualquier lugar que se presentaba; aunque nunca lo diría o lo admitiría el resultado de aquella paz que sentía en esos momentos era producida por escuchar a la pequeña humana tararear canciones que inventaba con un ánimo y entusiasmo que desbordaba cada vez que el se encontraba con ella, sentimientos que él no entendía completamente y aun no se interesaba por hacerlo, mientas mantenía sus ojos cerrados percibió que el aire cambió de dirección golpeando un poco su rostro; sintió que algo dentro de él se encendió como si de una luz se prendiera en su cabeza iluminando aquel rincón donde se encontraba aquel gran perro blanco con una media luna morada en su frente tumbado dormido durante siglos sin ser molestado pero fue interrumpido por un aroma inconfundible, algo que no podía ignorar y debía salir, tenia que tomar el control.

Sesshoumaru abrió sus ojos los cuales se tiñeron de rojo intenso, frunciendo el ceño, luchando con su mente la cual parecía que estaba por entrar en una guerra, trataba de mantener la cordura.



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-En la mente del Daiyukai-


Con voz grave y distorsionada, como si varias voces hablaran al mismo tiempo escuchó dentro de su cabeza

-EL momento nos ah llegado, dame el control- dijo dándole una orden al Gran Lord del Oeste quien no se dejaría manipular tan fácilmente, después de todo era un Daiyukai, no cualquiera ser., con voz imponente y grave contestó el Lord

– quien te crees que eres para dar órdenes a este Sesshoumaru – le era difícil mantener su completa calma pero parecía no inmutarse.

La bestia simplemente sonrió magistralmente gozando de un triunfo del cual no escaparía su ser racional –Soy Yako y a partir de este momento no saldrás a la luz hasta que termine lo que debo hacer-

Sin más el Lord no pudo luchar y fue como su bestia tomó el control de su mente dirigiéndose a ese aroma que lo incitaba y lo llamaba, emprendiendo su vuelo en forma humanoide pero siendo controlado por Yako.

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-EN EL RÍO—

El silencio gobernó entre ellos ya que Shippo aún estaba inconsciente en los brazos de Miroku mientras el meditaba sobre qué era lo que debían hacer para rescatar a Kagome una vez que Inuyasha localizara el rastro y se pusieran en marcha, observaba a su hermosa prometida que descansaba plácidamente recostada sobre un montón de hojas al lado de Kirara de gran tamaño enrollando a su dueña con su doble colas, después de haberla encontrado, entonces comenzaron a conversar.

-Naraku la tiene, puedo detecto un leve aroma a Kagura en el cuerpo de shippo- Inuyasha dijo con claro resentimiento, un odio intenso mezclado con preocupación y el moje quedó estupefacto al lado de su amigo y con Shippo en sus brazos...

Miroku perturbado por lo sucedido decidió hablar –la encontraremos, sé que estará bien es muy fuerte Inuyasha-

El hanyo estaba a punto de destrozar todo lo que quedaba del lugar -Lo sé, esto no se puede quedar así, me las pagará- después de que sus ojos se tornaron levemente de un color rojo, realmente estaba muy molesto.

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