CONTIGO O SIN TI

CAPITULO 02 - TU MIRADA

(POV KAGOME)

Desperté esa mañana cuando los primeros rayos del sol alumbraban mi cara, lentamente abrí mis ojos para acostumbrarme a la luz parpadeé varias veces aclarando más mi vista, una vez que podía visualizar claramente me di cuenta de que Miroku ya se había despertado y estaba sentado al lado de Sango con una mano sobre el muslo de su prometida, lentamente subía su mano rozando delicadamente a la exterminadora y en menos tiempo del que pensé escuche el ya acostumbrado ¡plaff!

–Monje pervertido- reclamó Sango con el ceño fruncido pero con un ligero tono rosado en sus mejillas;

Miroku se llevó una mano sobre la marca roja en su cachete y comenzó a sobarlo mientras en su rostro tenía dibujada una sonrisa –Cada golpe que me das por una caricia que te doy hace que valga la pena-

En ese momento no aguanté más la situación y comencé a reírme, cuando Sango iba a decirle algo más al hombre que tenía a su lado con una mano sobando la marca en su cara se quedaron quietos mirando algo fijo; llamó mi atención y dirigí mi vista hacia el punto fijo que ellos mantenían, ese punto era Inuyasha que caminaba hacia nosotros con su cara iluminada y su mirada cansada pero aun así reflejaba alegría y satisfacción y algo mas ya conocido para mí y dijo algo que sorprendió a todos -¡Buenos días muchachos!- de manera muy animada.

(FIN POV KAGOME)

Miroku solo se limitó a asentir y decir –Buenos días- pero como era su costumbre meditaba en la posible situación que pudo ocasionar esa actitud en el Hanyo;

Sango y Kirara se levantaron, la exterminadora lo miró aun sorprendida dio un pequeño vistazo a su prometido y le contestó a Inuyasha –Por lo menos alguien despertó de buena manera-

La Miko y Shippo se sentaron sobre la manta y el zorrito desconcertado dijo: -¿y ahora que pulga te picó Inuyasha? ¿Por qué estás con esa cara? ¿Otra vez te molestaron los ronquidos de Miroku y no dormiste nada? El monje frunció el ceño, las dos mujeres y hasta Kirara hizo un sonido que demostraba su risa ante la pregunta del pequeño demonio.

Inuyasha simplemente lo ignoró y Kagome que hasta el momento estaba estática observando cada uno de sus compañeros y la mirada de Inuyasha; finalmente de manera muy alegre dibujando una hermosa sonrisa sobre su rostro, aunque muy forzada la cual no pasó desapercibida por su querida amiga y un monje -¡Buenos días Inuyasha!-

Shippo se movió sobre el regazo de la sacerdotisa y la miró fijamente con sus redondeados ojos verdes iluminados emanando dulzura que sólo le podía demostrar a la que consideraba su madre diciendo: -Tengo hambre, ¿Podemos desayunar?-

Kagome le respondió con su radiante sonrisa y lo apretó un poco contestándole: -¡Claro que sí! Busquemos algo, ¡Vámos!-

Ambos se levantaron siendo seguidos por Sango y caminaron hacia el río más cercano...

-En el campamento-

Miroku e Inuyasha estaban en un silencio algo incómodo por el momento así que el monje decidió romperlo, -Creo que debemos conseguir leña para cuando regresen las muchachas con el desayuno y poder prepararlo-

Inuyasha volteo un poco aturdido por sus pensamientos –Sí enseguida voy- Pero su mirada había dado un pequeño cambio que el monje no entendía muy bien, eso le indicó que algo estaba pasando.