CAPITULO 06 - MALDITOS DESEOS

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-MALDITOS DESEOS-

Los ojos del Daiyokai brillaron un poco y su elegante sonrisa interrumpió la perfecta línea de sus labios para dar una imagen de satisfacción, orgullo y placer, después de todo tenía lo que quería; sabiendo que la mujer tardaría en despertar y que lo haría adolorida, decidió sacarla de aquel incomodo lugar, la tomó con su brazo de manera delicada como si trajera algo valioso, cubriéndola con su estola aspirando su aroma acomodando su rostro sobre su cuello y sin poder evitarlo su bestia lo rozó delicadamente con los colmillos haciéndole un pequeño corte que dejó salir unas gotas de su preciada sangre, sin desaprovechar aquel preciado líquido sacó su lengua para tomarlo, saboreando inmensamente ese sabor sus ojos brillaron tanto que contuvo su respiración por unos instantes tratando de mantener la cordura.

Algo que no logró, un gruñido de excitación fue el resultado de tanto placer ocasionado por el delicioso sabor de su preciada sangre, esa que lo volvía más irracional sin dudarlo de un rápido movimiento aventó su estola en el húmedo y frío piso para colocar después a la mujer de manera casi salvaje por el deseo pero también sabiendo que no le haría daño después se colocó sobre ella acomodando su brazo para apoyarse en el piso bajando lentamente hacia el lugar donde salían unas pequeñas gotas de sangre inclinándose sobre su cuello sacando su lengua para tomar más...

Tensándose de inmediato separándose abruptamente de la chica mirándola con los ojos que parecía fuego pero sin quitarse de sobre su cuerpo; perder el control en el Gran Lord del oeste no era nada natural su rostro reflejaba confusión con ceño fruncido, mientras con su lengua rosaba sus colmillos y labios donde le quedaban los restos del delicioso jugo para no desperdiciarlo.


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-En la mente del Daiyokai-

Sesshoumaru racional estaba petrificado ante aquella acción completamente enojado con su rostro en una terrible y desagradable sorpresa; nadie tendría el privilegio de ver aquella descompostura de su perfecta imagen que mantenía siempre, que rayos le pasaba con esa humana.

-Maldito, te ordeno que dejes a esa escoria-
Decía con su voz amenazante e imponente; cualquiera haría caso de inmediato, pero no Yako, a él nadie lo mandaba.

-Cállate, sé que lo estás disfrutando tanto como yo-
Contestaba Yako con voz tan distorsionada y tan ronca por el efecto de la excitación.

El ser racional se sentía tan enojado que estaba dispuesto a pelear por el control absoluto nuevamente, preparándose para esto fue interrumpido.

-Además, no me lo puedes negar; somos uno solo, sentimos lo mismo y tu mejor que nadie lo sabe-

Totalmente quieta estaba su parte racional, no podía negar lo que su bestia decía él también podía sentir el placer que le provocaba ese sabor, la excitación de tener una presa debajo de su cuerpo tan indefensa y diminuta con un cuerpo perfecto para él.

Mientras su mente vagaba volvía a inclinarse sobre la mujer que tenía debajo a su completa merced.

-Hn, aun así este Sesshoumaru es más fuerte que eso y no se rebajará a tus deseos tan absurdos-

Terminando de decir eso, se abalanzó sobre la bestia que estaba en un rincón de su mente meneando la cola con su lengua de fuera y babeando en completa excitación, tanta que no fue capaz de percibir el rápido movimiento y zarpazo que recibió por parte de su ser racional sobre su rostro. El lord realmente estaba molesto, nunca había intentado recuperar de esa manera su control, pero no podía soportar todo el placer y excitación que le lograba provocar algo tan repulsivo como era esa insignificante mujer y sobre todas las cosas era la perra de su medio hermano, su inútil y despreciable medio hermano.

CONTIGO O SIN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora