Capítulo Dos

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Razón N ° 2. Es un mal para mi autoestima.

Pierdo todo mi orgullo para mandarle un mensaje a Ross, pero definitivamente era para una causa de vida o muerte.

Laura: Ross

Laura: ¡Ross!

Laura: ROSS

Laura: ¡Deja de follar y agarra el puto telefono, Lynch!

Laura: ¡¡¡Te necesito!!!

Imbecil: Sabía que lo hacías. ¿Qué pasa?

Si, lo tengo agendado como "Imbecil". Ruedo los ojos. Ya me estoy arrepintiendo.

Laura: ¿Estabas esperando a que te lo diga? Descuida, te necesito solo ahora mismo. ¿Puedes ver Reign por mi? 😊😊

Imbecil: ¿Y eso es...?

Laura: ¡Es el capítulo final y no llego porque estoy de turno! Por favor, velo y dime como termina.

Imbecil: Oh. De acuerdo.

Laura: ¿Acabas de aceptar?

Imbecil: Emm... ¿Si?

Laura: En estos momentos, me caes un poquito mejor. Gracias.

Imbecil: De nada. ¿Te voy a buscar luego y te cuento el final mientras volvemos?

Laura: De acuerdo. Salgo en cinco horas. Realmente gracias.

Luego de haber hablado con Ross, me dedico a trabajar. Yo era moza en un salón y hoy había una boda por lo que no tengo ningún descanso en el resto de la noche.

Como le dije a Ross, salgo luego de cinco horas más de ir de un lado a otro, junto a uno de mis compañeros. Matt.

— ¿Quién viene a buscarte? — pregunta él mientras caminamos hacia la salida.

— Ross. — respondo.

— ¿Es tu novio?

Suelto una carcajada. No había ninguna posibilidad de que Ross, algún día, fuera mi novio.

— ¿Qué te parece tan gracioso? — pregunta confundido.

— El hecho de que pensaras que Ross es mi novio. Tiene 21 años, y es un completo imbecil.

— Bueno... Tu imbecil te está esperando. — dice apuntando con la cabeza hacia un lado y yo me giro.

Si, ahí estaba Ross. Fulminando con la mirada a Matt. Idiota.

— Nos vemos mañana, Matt. — digo y le doy un beso en la mejilla para luego acercarme a Ross.

— ¿Quién es? — pregunta Ross mientras me abre la puerta y yo me subo.

— Un compañero de trabajo.

— Te quiere follar. Definitivamente comenzaré a venir a buscarte al trabajo todas las noches.

Otro dato sobre Ross, no me deja vivir en paz. Cada vez que intento tener una relación amorosa, él aparece y me lleva a casa. Estoy segura de que James se lo pide pero de todas formas me molesta y mucho.

— ¡No! Déjame en paz.

— ¡Ese chico te quiere en su cama! No me agrada para nada.

— Si quiere intentar algo conmigo, decidiré yo si pasa o no. No tu. Déjame en paz. — digo enojada.

— Bien. Después no me pidas que vaya a auxiliarte. Luego terminan como terminan.

Ruedo los ojos bufando. Es un caso perdido hablar con Ross.

— Cuéntame el final de Reign. — pido cambiando de tema.

— Mary muere.

— ¡¿Qué?! ¿Es en serio? Serie de mierda.

— Y se encuentra con Francis en el más allá o no se que mierda. De todas formas, te lo he grabado en mi televisión así puedes verlo tranquila y cómodamente.

Ross tenía esto, sus días buenos en los que era más amable y atento y sus días malos, que eran todos sus días, donde es un completo imbecil. Convivir con él es complicado y confuso, uno no sabe con qué humor se despertará ese día.

— Gracias, Ross... — agradezco sonriendo mientras lo miro y él me guiña el ojo.

— No es nada. ¿Has cenado?

— Si... — miento.

— Por suerte te he guardado algo de comida para cuando llegaras. Supuse que no tendrías tiempo para cenar.

— ¿Ha cocinado Megan? — pregunto arrugando la nariz y él suelta una carcajada mientras que me da una rápida mirada.

— ¿La ves capaz de cocinar algo y ensuciarse las manos al menos un poco?

— ¿Qué le ves? Es una completa zorra inútil.

— Es buena en la cama.

— Como si eso importara a la hora de elegir una novia. — murmuro.

— No, no lo hace. Por lo que ella no es mi novia, ni de cerca. Me acuesto con otras y ella con otros, y no me interesa. No me interesa su vida privada, solo me interesa follarla.

— Joder, jamás tendría una relación así contigo.

— Y no la tendrás, créeme. Lo último que haría en el mundo sería acostarme contigo. — dice.

Yo no le parecía atractiva ni siquiera un poco para considerar acostarse conmigo y me lo dice. Jodido estúpido. Mi odio por él acaba de volver en estos momentos.

En lo que queda de viaje, ninguno de los dos habla y cuando llegamos a la casa me dirijo a mi habitación para cambiarme. No vería Reign ni cenaría, no quiero nada de él. Estúpido.

Cuando me desvisto y me quedo en ropa interior, no puedo evitar mirarme en el espejo. Odio mi cuerpo, lo he odiado siempre y principalmente a partir de los 15 años. No tengo las curvas de Megan, ni tantos pechos como ella y ni de cerca tengo siquiera la mitad de su trasero. Cuando era más chica, mi mamá siempre me decía que yo era hermosa y que no me dejara engañar por lo que veía en el espejo... Pero ahora, a los 17 años, sin ella a mi lado para consolarme cuando me siento tan fea y gorda no puedo evitar hacerle caso a lo que veo. Esto era yo, no es que me dejo engañar, soy fea y hasta Ross lo sabe. Me lo ha dicho hoy, solo que con otras palabras.

La puerta suena y yo me seco las lágrimas que sin darme cuenta comencé a derramar.

— Me estoy cambiando... — murmuro con la voz ronca.

— Te he dejado la cena en la cocina, usa mi habitación si quieres. Yo saldré con Megan. — dice.

— Bien. Ahora iré a comer. — miento.

Luego de unos minutos, me visto y bajo hacia la cocina para tirar el plato de comida como todas las noches y comer simplemente una manzana. Esta es mi rutina, desayuno algo, almuerzo una ensalada y luego en la cena, cuando como sola, tiro la comida a la basura y finjo haber comido. James jamás se ha dado cuenta de lo que hago y mucho menos Ross ya que con ellos como, por lo que puedo hacerlo tranquilamente. Comencé cuando tenía 15 años, quería bajar de peso porque quería gustarle a Ross y ser como las mujeres con las que salía siempre pero no dio resultado ya que de todas formas no se fijó en mi.

Mi mejor amiga, Ginebra, tampoco se ha dado cuenta ya que siempre que salimos juntas como como una chica normal pero por lo general evitaba ir a comer con ella. Lo mio no llegaba a ser anorexia ya que a veces comia, eso era lo que me permitía que no se presentaran síntomas más notorios de la poca alimentación que tengo. Estoy segura de que si mi mamá estuviera viva, lo habría notado y rápidamente me habría salvado. Pero ella no estaba viva y yo estoy sola en este mundo, a pesar de tener a James y Gin me sentía sola.

Forbidden To Fall In Love. |  RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora