Capítulo Quince

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Razón N°10. Simplemente no puedo odiarlo.

Laura

— ¿Seguirás sin hablarme? — le pregunto a Ross mientras desayunamos.

Por supuesto, no recibo respuesta. ¿Qué hice ayer?

— Ross... No recuerdo nada de ayer. ¿Qué estupidez hice?

— No recuerdas por todo el alcohol que tenías en tu cuerpo. ¿En qué rayos pensaba?

Oh, al fin me habla.

— ¡Estaba mal! Creía que me engañabas y simplemente quería olvidar. Lo siento... ¿Puedes decirme qué he hecho?

— Pregúntale a Daniel.

— Ay, mierda... Eso no suena bien. Ross, lo siento. No lo hice queriendo, no era consciente. Perdón. — pido. — Lo único que recuerdo es que te dije que estábamos a manos y que tú no me engañabas. No recuerdo a Daniel.

— Oh, es opcional tu memoria.

— Oye, tú me mentiste y dijiste que tenías que trabajar pero cuando llego a casa tienes a una mujer aquí. ¿Qué creías que pensaría?

— No te culpo pero si me hubieras escuchado en lugar de ponerte en el papel de la adolescente estúpida que cree que su novio no es capaz de serle fiel porque es fea y poca cosa, créeme que nada de lo que sucedió ayer habría ocurrido.

Jadeo sorprendida ante sus palabras. ¿Qué diablos le pasa?

— ¿Qué? Es verdad. — dice encogiéndose de hombros.

— No tenías por qué decirmelo así.

Ross se acerca a mi quedando a una escasa distancia y yo en estos momentos olvido por qué estaba discutiendo con él.

— Te besaste con Daniel en la fiesta de ayer. Le estabas correspondiendo el beso cuando yo llegué y vaya uno a saber qué habría pasado si hubiera llegado más tarde. Disculpa si soy cruel contigo diciéndote la verdad, pero así son las cosas. Deja de comportarte como una estúpida adolescente, eres mucho más que eso y es lo que amo de ti. No te engaño, Laura... Jamás lo haría. Tienes que confiar en mi.

Suelto un suspiro y miro el suelo mientras siento las lágrimas en mis ojos. Soy una imbecil.

— Lo siento mucho... — murmuro con la voz rota y él hace que lo mire.

— Está bien... De todas formas dijiste que no se comparaba conmigo y que yo era mejor que él. — dice sonriendo de lado.

Río levemente y seco una lágrima que se me escapa.

 — No lo recuerdo, pero estoy segura de que lo decía en serio.

— Escucha, quiero que lo nuestro sea exclusivo y que confiemos el uno en el otro. Se que me amas, ayer me lo has dicho nuevamente, por eso no quiero romper contigo... Porque me amas tanto como yo a ti. ¿Puedes confiar en mi?

Sonrío ampliamente y lo abrazo con fuerza. — Si, lo siento...

— ¿Ginebra sigue durmiendo? Le he dicho a sus padres que se quedó a dormir aquí toda la noche, al parecer no sabían que ella iba a una fiesta porque ni siquiera preguntaron algo.

Mierda.

— Mmm... Sus padres están de viaje, por eso no sabían. Está castigada y solo la dejan salir conmigo ya que soy la buena influencia. Aunque ayer no tan buena...

En ese momento, Ginebra baja las escaleras con peor cara de la que yo tenía y quejándose por el dolor de cabeza.

— Ginebra es un nombre que te queda perfecto. — bromea Ross. — Tienes una pastilla y agua en la mesa.

Forbidden To Fall In Love. |  RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora