Extra #2

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Ross

Suspiro cansado y me acuesto al lado de mi esposa, donde quiero estar desde que ha llegado de su trabajo. Solo quería estar en sus brazos y relajarme.

— ¿Cómo te fue, cariño? — me pregunta repartiendo besos suaves por mi cara y acurrucándome en ella. La adoro.

— Nuestra hija tiene tu energía... — murmuro.

Laura suelta una carcajada. — Lo sé. Los he extrañado mucho, jamás volveré a hacer ese trato con mi jefe. Inglaterra es lindo, si, pero jamás la odié tanto como en ese momento. Solo quería estar aquí y parecía que los negocios jamás terminarían.

Su jefe y yo no somos los mejores amigos, de hecho él no me puede ver y yo no lo puedo ver a él. ¿Por qué? Por mirarle el trasero a mi esposa. El idiota no sabía que yo era su esposo hasta que Laura me presentó.

— Si te lleva es porque eres la mejor y sabe que lo aconsejarás bien. Estoy orgulloso de ti.

O está buscando la manera de seducirte.

— Gracias, amor... — susurra para después besarme.

Que le den a su jefe. Me ama a mi. Le correspondo el beso profundizándolo y dejándola debajo mio.

— Realmente tengo a la esposa más hermosa y caliente que puede existir... — murmuro mirándola.

Ella suelta una hermosa risa. — Eres imposible, Lynch.

Estoy a punto de besarla pero su celular comienza a sonar, Laura lo agarra como puede mientras que yo sigo encima de ella repartiendo besos por su cuello.

— ¿James? ¿Te das una idea de qué hora es? — pregunta. — Ahora te pongo en altavoz.

Laura suelta un bufido y eso provoca mi risa.

— ¡Estoy nervioso! ¿Y si no quiere casarse conmigo? ¿Y si se arrepiente? ¿Y si aparece alguien más en su vida? — pregunta gritando.

— Vaya, relájate... Te casarás y serás feliz con ella. — le aseguro. — No tienes nada de que preocuparte.

— Tú estabas igual o peor el día de tu boda.

Laura me mira sorprendida y yo la ignoro, respondiéndole a James. — Fue muy diferente y lo sabes... El asunto es que mañana te casarás con la mujer que amas y te ama con la misma intensidad, deja de preocuparte y vuelve a la cama con tu chica.

— De acuerdo... Gracias. ¿Cómo está Mack? — pregunta.

— Muy bien. Finalmente se ha dormido así que estábamos aprovechando con Ross nuestro tiempo a solas, hasta que llamaste.

— Me alegro de haberlo hecho. Lynch, deja de follarte a mi hermanita de una vez.

Con Laura nos reimos sin poder evitarlo.

— No pidas cosas imposibles... Amo hacer mia a tu hermana. — digo solo para provocarlo.

— ¡Cállate! — exclama. — Buenas noches, malditos pervertidos.

Laura cuelga y deja el celular en la mesita, para después mirarme. — ¿Estabas inseguro de si me quería casar contigo? — pregunta sorprendida.

— Si... No me creía capaz de hacerte feliz, ni si podía ser suficiente. Te he dañado tanto y he sido un imbecil... — susurro negando con la cabeza. — Tenía miedo de que a último momento te dieras cuenta de que mereces algo mejor que yo.

— Ross... Te amo, y siempre lo haré. No hay otro hombre que ame más que a ti ni jamás lo habrá. Eres lo único que quiero, quiero a la familia que hemos formado y no hay un día en el que me imagine con otro hombre que no seas tú. Si me lo hubieras dicho, te habría respondido esto. Te amo, jamás me iría de tu lado. Y tal vez esté ciega por seguir estando contigo, pero deseo estar así de ciega toda mi vida... Ciega de amor por el imbecil más dulce y bueno que pueda existir. — responde acariciando mi mejilla y con una expresión de amor muy familiar para mi.

Forbidden To Fall In Love. |  RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora