Capítulo Cuatro

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Razón N°3. Imbecil oportunista.

Laura

Hace ya tres días no me vengo sintiendo bien y Ross aparentemente comienza a notarlo ya que ni siquiera ha traido a una mujer a casa. Me la pasaba cansada, con frio y dolores de cabeza. Sinceramente, no se que está mal conmigo.

— iLaura! — siento que grita alguien a mi lado y yo levanto la cabeza para mirar a Daniel. — ¿Estás bien? Estás pálida...

— Yo... Estoy bien. Descuida... No es nada. — murmuro mientras vuelvo a acurrucarme contra la pared y cerrar los ojos.

Debería llamar a alguno de los chicos para que me vieran a buscar pero James nuevamente estaba de viaje y Ross estaba follando seguramente.

Siento que Daniel se sienta al lado mio y me abraza por los hombros tímidamente. — ¿Tienes frio, verdad? — pregunta por lo bajo.

— Creo que me estoy enfermando... — murmuro.

Daniel siempre ha sido amable con todos, no me extraña que fuera así conmigo. No pienso ilusionarme con él ni con nadie. En siete meses me iría de todas formas, no estoy para un novio.

— Llama a alguien.

— ¡Tengo clases ahora! — exclamo.

— Te terminarás desmayando si sigues así, Laura.

Suelto un bufido y me levanto como puedo. En cuanto me levanto, siento que todo me da vueltas por lo que me sostengo de la pared.

¿Qué me pasa?

— Laura, ¿estás...? — comienza a preguntar Daniel pero no termino de escuchar ya que todo se vuelve oscuro y lo único que recuerdo es desvanecerme.

Cuando abro los ojos, me cuesta darme cuenta de en donde estoy. Mi habitación. ¿Cómo he llegado aquí? El frío que sentía antes de desmayarme ya no lo siento y la respuesta es el calor que el cuerpo de Ross me da.

— ¿Ross...? — murmuro confundida.

Me siento debil, cansada y mal. Odio sentirme así. Ross suelta un suspiro de alivio y me besa la frente. Bien, esto me confunde más que la actitud de Daniel.

— Al fin despiertas... Pensé que tendría que llevarte al hospital. ¿Cómo te sientes? — pregunta mientras me acaricia la mejilla.

Me siento muy débil como para decirle que se aleje de mi y que no me tocara, además su tacto me hacía sentir mejor por lo que escondo mi cara en su cuello acurrucándome en él.

— Me siento mal... — susurro.

— ¿Qué sientes?

— Dolor de cabeza, cansancio, frio y ganas de suicidarme.

Él se ríe levemente y me da un beso en el pelo. — Tenías fiebre hace un rato, te traeré una pastilla y prepararé sopa.

— Quédate conmigo... — pido medio inconsciente. — La sopa puede esperar al igual que el medicamento, de hecho me siento un poquito mejor ahora... Deberías ser curandero.

Ross suelta una carcajada para luego levantarse provocando un puchero en mi. No quería que se fuera... Definitivamente la fiebre estaba haciendo estragos con mi mente.

— Volveré en seguida, lo prometo. — dice antes de bajar y yo me apoyo en la almohada para luego volver a quedar inconsciente.



— Laura... Laura... — susurra Ross en mi oído y yo abro un ojo para mirarlo.

¿Qué hace en mi habitación?

Forbidden To Fall In Love. |  RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora