Capítulo Nueve

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Razón N°6. Tiene un lado que jamás había visto.

Laura

Ross no se ha separado de mi lado en ningún minuto, Gin no había podido venir a visitarme cuando me ingresaron ya que tenía que cuidar a su hermana menor luego de clases pero prometió venir a verme. Ya llevaba un día en el hospital y realmente lo odiaba, pero Ross lo hacía más soportable. Sinceramente no se como hace.

— ¿Necesitas algo...? — pregunta Ross acariciando mi cabello y yo le sonrío levemente.

— Estoy bien, Ross. En serio. ¿No quieres descansar? No has dormido en toda la noche...

— No te preocupes por mi. No estoy cansado. — murmura apoyando su cabeza en la camilla y yo me hago a un lado.

— Ven.

Ross me mira confundido y suelto un suspiro.

— Acuéstate conmigo y duerme un rato, seguramente yo también duerma. Además tengo frio.

No, no tengo frio. Pero se que así accedería. Ross no protesta y se acuesta a mi lado con cuidado para luego abrazarme y esconder su cara en mi cuello.

— ¿Estás cómoda? — pregunta.

Sonrío sin poder evitarlo. — Oh, si. Completamente cómoda. Duérmete de una vez.

Él se acomoda mejor y yo me dedico a acariciarle el cabello mientras siento como se va quedando dormido. Sé que dije que me dormiría, pero no lo hice. Algo había cambiado entre Ross y yo, no sé si era la lástima que sentía él por mi o el agradecimiento que yo sentía por él... Pero algo había cambiado.

Unas horas después, Stormie entra a la habitación junto a Mark y yo les regalo una sonrisa.

— ¿Les puedo pedir que no hablen fuerte? Estuvo toda la noche despierto cuidándome porque no podía dormirme. — susurro y ambos asienten para luego sentarse en las sillas que estaban a mi lado.

— Se ven tan adorables... — murmura Stormie sonriendo.

— Espero que te esté tratando bien y te haga feliz. Cuando Stormie me contó que eran pareja, no me he sorprendido... Siempre te ha mirado con adoración. — dice Mark, el padre de Ross.

— Recuerdo cuando tu tenías 15 años... Ross no hablaba de otra cosa que no fueras tu.

¿Qué?

 — ¿Cómo están? — pregunto cambiando de tema.

— Bien, cariño. ¿Qué te ha pasado, cielo?

— Tengo anemia. Ayer el doctor me ha confirmado que es anemia ferropénica, así que no es muy grave por lo que me dijo. Solo tengo que tomar unos suplementos y cuidar mi alimentación.

— ¿Cómo sucedió esto? Estabas bien... Solo tenías fiebre.

— Yo... Hace años que no como adecuadamente, me salteo las comidas y como poco... — murmuro.

— ¿Ross no sabía?

Ross estaba follando con sus mujeres de cuerpo perfecto por lo que no se daba cuenta.

— No. Ni siquiera James. Sabía disimularlo.

— Ahora comerás bien y tomarás esos suplementos, ¿verdad? Ross cuidará de ti. Estoy segura.

— Si, estaré bien. James hablará conmigo esta tarde ya que ayer no pudo porque tenía una reunión, estaba preocupado pero Ross logró calmarlo.

— ¿Ya has enviado tu solicitud a Harvard? — pregunta Mark.

— Si. La envíe hace unos días. — respondo y suelto un suspiro. — Es la única solicitud que he enviado.

Forbidden To Fall In Love. |  RauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora