Ilusión (YoonMin) En edición

10.

[Narra Yoongi]

Jimin había salido del hospital, su primer día volviendo a la escuela y todos se tiraron encima. Olvide mencionar que Jimin a pesar de su atracción por los hombres, es uno de los chicos más populares de la escuela, enamorado del más antisocial. Y si, se perfectamente lo que Jimin siente por mi. Yo siento lo mismo, y soy un idiota egoísta por rechazarlo, lo reconozco. Pero de todas formas no me arriesgaré a que me rompan el corazón otra vez.

Todos preguntaban "Jimin, ¿por qué faltaste tanto tiempo?" "¿Estás bien ya?" "¿Como pudiste dejarnos así? No podíamos vivir sin ti" Son todos unos hipócritas... Todos estaban perfectamente sin Jimin, excepto Kook y yo obviamente.

-Hola, Jiminnie.- Dije acercándome sonriendo.

-Min.- Dijo Jimin para cerrar su casillero e ir al patio. Lo seguí y seguí insistiendo.

-¿Como estás?

-Bien.

-Me alegra, yo igual pues hoy en cla...- Jimin me interrumpió de pronto.

-¿Te pregunté acaso, Min?

-No...

-Alejate

-¡¿Por qué me odias?! ¡¿Que te hice?!

-¿Quieres saber lo que hiciste? ¡Lo que hiciste fue romperme el corazón en mil pedazos y decirme "No somos nada"! Eso me hiciste.

-Lo siento...

-Si, lo sientes.- Dijo Jimin alejandose.

-¿Así de un día para otro se va tu enamoramiento?- Dije antes de que se fuera.

Jimin paró, una sensación de miedo invadió mi cuerpo. Sin girar -No he dicho en ningún momento que no siga enamorado de ti. Solo que... Me dañas, Min.- Eso rompió mi corazón. Yo mismo termine rompiendo mi corazón y el de Jimin sin darme cuenta, soy un idiota.

Todas las clases que restaban, Jimin estuvo ignorandome. A veces me miraba y yo le sonreía, pero él solo me miraba con odio. Odio que no era parte de él. Mi mochi no parecía poder odiar a alguien, y pensaba que no se podía odiar a alguien y a la vez amarlo, pero Jimin demostró lo contrario. Su mirada no era su hermosa mirada, era vacía, obscura, sin sentimiento... Tan solo verla me daba escalofríos y una sensación de inseguridad que no pensé sentir al lado de Jiminnie. Parecía que quería matarme pero también besarme, me confundía.
Cuándo acabaron las clases fui a mi casa y me tiré en mi cama. No podía seguir con el odio de Jimin, pero no quería que me rompieran él corazón ¿Debía confiar en Jimin? Él es demasiado bueno para hacerme daño... ¿Pero por qué se fijó en mi? ¿Y si me arriesgaba? ¿Lo haría por Jimin? ¿Me había enamorado de nuevo? Todas esas preguntas rondaban en mi cabeza, no sabía si arriesgarme o dejar que Jimin me odiara. Traté de despejarme, así que decidí ir al centro de Seúl a caminar

Estaba caminando en el centro, pero de pronto veo a un chico muy lindo, no muy alto, labios carnosos, delgado y de manos pequeñas, era Jiminnie.

-Hola, Jiminnie.- Dije con la misma sonrisa de antes.

-Te dije que te alejaras, Min.

-No me odies, por favor.

-¿Como no te voy a odiar? Me rechazaste muy cruelmente, entiendo que no sientas nada por mi, no soy ni lindo, ni inteligente.

-¿Por qué hablas así de ti?

-Porque es cierto, pero no tenías por qué rechazarme así.

-No te rechacé, Jimin, ¿te haz mirado en un espejo? Eres la perfección en persona. Y no he dicho que no sienta lo mismo que tú.

-Basta de ilusionarme y luego romperme el corazón.- Dijo Jimin tan molesto que estaba a punto de llorar y trató de irse.

-Jimin

-Qu...- Alcanzó a decir, pero no lo dejé terminar la frase, lo atraje hacía mi y como acto involuntario, lo besé apasionadamente agarrándolo para que no se alejara. Y no hizo falta, al sentir nuestros labios unirse, correspondió al beso al instante.