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—¡ Fer!.

Volteé al escuchar a Asthon gritar mi nombre, lo observo trotar hasta alcanzarme, su pómulo estaba algo alterado y su ojo izquierdo por igual. Las clases había concluido y pensaba ir hasta la casa de Alisson para disculparme.

— Te he buscado por todos lados, creí que no habías asistido. — Se acercó dejando un beso en mi mejilla, me sentí extraña ante su toque.

En teoría no lo había hecho, me salté la mayoría de las clases. No quería la mirada de todos sobre mí, encontrarme a Alisson o soportar ese ruido martillador en mi cabeza por suerte Maya había conseguido unos calmantes y el dolor de cabeza prácticamente ya había desaparecido

— Eh... —?No sabía siquiera que decirle

— Fer.— Tomó mis manos entre las suyas.— Sobre lo de anoche... Yo...

— Asthon , perdón enserio que no pensé que Ethan actuaría así.— Una pequeña mueca se dibujó en su rostro al escuchar el nombre de Ethan.

— Descuida.— Sonrió tiernamente. — No me refería a eso.

Abrí la boca para responderle, pero volví a cerrarla. Los recuerdos volvieron hasta mí y las idioteces que había cometido también.  ¡ Carajo!, lo había besado y ahora tenía al chico frente a mi con esperanzas de un segundo round.

— Me encantas. — Continúo. — Y besarte se sintió muy bien, enserio Fer.— Mordió su labio inferior. — Me gustas, mucho.

— Asthon yo...— estaba jodida, mi lengua parecía mordida el día de hoy pues me estaba quedando sin palabras para todo.

— Tranquila, no pasa nada... Sólo quería que lo supieras. — Volvió a dejar un dulce beso en mi mejilla. — Bye.— Giró sobre sus talones perdiéndose de mi campo visual.

Suspire sonoramente sintiéndome miserable, Ashton era un excelente partido pero no lo veía más allá de un amigo y el beso lo había comprobado, me odié por haberlo besado porque al final las palabras de Alisson eran ciertas y yo debía arreglar este desastre y empezaría por ella.

******

— Fernanda, que sorpresa verte por aquí. — La madre de Alisson se acerco para apretujarme entre sus brazos. — Estás hermosa.

Le sonreí, Alisson era como una copia más joven de ella. El mismo rostro, ese cuerpo monumental, sus gestos, facciones, todo en ellas era jodidamente hermoso.

— Gracias señora, Lina.— Le sonrío. — ¿ Está Alisson?.

— Sí, está en su habitación. — Toma su cartera.— Tengo que salir, quedas en tu casa.— Vuelve a apretujarme contra ella, dejando su exquisito y caro perfume en mi ropa.

Observo unos segundos la sala, es simplemente hermosa. Los padres de Alisson son divorciados,  su padre es un empresario muy pudiente, inclusive una vez nos regaló un viaje a Hawai todo pago. El mejor verano que recuerdo junto a ella y Maya. Su madre es doctora, por lo que Alisson es la niña consentida de ambos aunque prácticamente no pasa tiempo con ellos, pero no es como que le importe mucho.

Camino rumbo a las escaleras, me tomo mi tiempo para subir cada peldaño, llego hasta el pasillo y visualizo la puerta púrpura de su habitación, dirijo mis pasos hasta ahí, observo el cartel que yace sobre ésta " Área restringida", he perdido la cuenta de hace cuanto lo tiene ahí. Colocó mis nudillos sobre la puerta y toco.

— Adiós mamá, que te vaya bien.— Vocifera Alisson desdé adentro.

— No soy tu madre— suspiro— se ha ido ya.

Silencio.

— Alisson, por favor abre.

Silencio.

— Alisson.— La llamo en tono cansado. Sé que mis palabras la han herido de sobremanera pero esa no era mi intención, ni siquiera sé que porqué demonios insinúe tal estupidez.


— Di lo que tengas que decir desdé ahí. — Hablá en tono gélido.

— Lo siento.—  Suspiro.— Perdón, no quería decir esa idiotez. Sé que Asthon te importa demasiado, que es como tu hermano y por eso actúas así.

— Eres una idiota.— Vocifera en tono relajado.

— Lo sé, enserio lo siento.

La puerta se abre y ella aparece tras ella, lleva un vestido sencillo, tiene los ojos ligeramente hinchados.

— No vuelvas a decir otra idiotez como esa, nunca más. — Asiento, se lanza a mis brazos y nos fundimos en un cálido abrazo.

Paso toda la tarde en casa de Alisson, decidimos ver una  película romántica,llamamos a Maya pero estaba muy ocupada lavando el auto de Marcus.

Pobre May, sé que Marcus acabará con  ella.

Tras varias horas en casa de Alisson me despido y emprendo mi camino a casa, por suerte vivimos bastante cerca.

Entro a casa, encontrándome a Marcus frente al televisor apagado. Observándolo como si se le fuera la vida en ello. Pero eso no fue lo que llamó mi atención, su ropa totalmente mojada si lo hizo.

— Marcus.— Lo llamo.— ¿ Estás bien?.

— ¿ Qué?. — Me mira ausente por unos segundos, pestañea varias veces hasta que parece volver a la realidad .— Eh, sí, perfectamente.

— ¿ Porqué estas así?.— Señalo su ropa mojada. — ¿ Y Maya?.

— Esto hermanita.— Hace un señalamiento de su ropa.— Es obra de la fea de tu amiga.

— Marcus.— Le reprimo, sabe que odio que hable asi de ella.

  

Pone los ojos en blanco. — Te advierto que no ha hecho bien su trabajo, se fue sin terminal, según ella tiene que trabajar.— Habló con sorna en las últimas frases.

— Deja a Maya en paz ella...

El sonido de su móvil nos interrumpe.

— ¿ Sí?.— Responde, hace unos segundos de silencio y luego vuelve a hablar. — Soy yo,¿ qué le ha pasado?.— Observó su rostro desencajarse al escuchar lo que sea que le están diciendo instintivamente me asusto.— Estaré allí en unos minutos.

Corta la llamada y se deja caer sobre el sofá, me siento a su lado preocupada. Su rostro está pálido.

— ¿ Qué pasa?.— Pregunto preocupada.

— Es Ethan.

Sólo escuchar su nombre y todos mis sentidos de alerta se disparan.

— ¿ Qué pasa con Ethan?. — El miedo se está haciendo cargo de mí, Marcus no responde.

Como si lo hubieran impulsado con un  resorte se levanta del sofá y corre hasta las escaleras, lo sigo a la misma velocidad.

Llegamos hasta su habitación, cambia su ramera con movimientos nerviosos, luego su pantalón.

— ¡ Marcus!.— Le grito. —¡ ¿ Qué le paso a Ethan?!.

Vuelve a ignorarme, toma las llaves de su auto y sale, lo tomo por la muñeca haciendo que se giré hasta mí.

—¡¿ Qué coño está pasando?!.— Las lágrimas descendían por mi rostro, Marcus salió de su mini trance.

— Ha tenido un accidente y no saben si sobrevivirá.

Deja el capítulo y se va. Adiosito.

YO: SOY LA GORDA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora