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— Debemos ir.

— No.

— Oh vamos, Maya... Será divertido.

— No creo que estar rodiada de adolescentes y universitarios ebrios, drogados y con las hormonas des alborotadas sea una buena idea.

— Por Dios,  deja de ser tan teórica y práctica para todo... Estoy segura que Fer si quiere ir.

— Claro que no

— Sí.

— ¿ Qué dices, Fer?.

— ¿ Sobre que?. — Pregunté contrariada, ambas lanzaron un bufido. La verdad es que cuando ellas iniciaban sus tertulias para mí era fácil perderme y más si tenía otros asuntos en la cabeza, así que no tenía la más remota idea de lo que ese par de pocas frente a mí hablaban.

— La fiesta en casa de Merrison.— Habló Alisson con exasperación. — Maya dice que no iremos.— Fulminó a Maya con la mirada ésta volteo los ojos indicando lo poco que le importaba que Alisson la mirara mal.— Yo digo que sí, lo que significa que tú tienes la respuesta final.

Durante todo el almuerzo no había musitado palabra alguna, estábamos en una pizzería. Ni siquiera había probado mi porción, estaba muy ocupada en mis propios asuntos como para importarme una fulana fiesta, pero conociendo a Alisson y a Maya sé que no me permitirán no opinar al respecto.

— Yo...— Mi mente estaba en blanco.

Yo digo que si, necesitamos divertirnos.

— Necesitas divertirte.— Intervino Alisson , ella se llevaría también como mi conciencia.

— No, lo que necesita es quedarse en casa relajada.— Susurró Maya, admito que esa idea llamó poderosamente mi atención.

— Bueno creo que...

— Es la oportunidad perfecta para olvidarte del buenorro de Ethan. — Intervino Alisson otra vez.

— Olvida eso, Ethan es sólo su amigo.— Habló Maya.

— Sí claro.

— ¿ Porqué eres así, Alisson ?.

— ¿Y tú porqué no quieres ver la verdad?.

— ¡ Podrían callarse!.— Les grité, ¡ Dios, que exasperantes eran!.

Algunas personas posaron su vista en nosotras, tras escuchar mi alto tono de voz,Maya agachó la cabeza no le gustaba ser el centro de atención y Alisson sólo bufo exasperada.

El problema con ellas es que podrían ser peor que un grano en el c....

Culo, dilo sin miedo colega.

— ¡Bien!.— no sé cuál me estaba volviendo más loca, ellas o mi perra conciencia, las observé.— He decidido. — Las dos me miraron expectantes a mi respuesta. — Iremos a la fiesta.

******

— Estás increíble. — Observé a Alisson por... ¿ séptima vez?, ella era perfecta, su rostro, su cuerpo, cada parte de ella derrochaba belleza...

El sueño de toda mujer.

Mi sueño.

— Tú también estás increíble, Fer.

Le sonreí no muy convencida, Alisson llevaba un top negro, acompañado de una falda blanca alta hasta la cintura, mostrando sus hermosas piernas, se veía hermosa.
Yo, en cambio, llevaba un simple vestido rosa pálido, apretado arriba suerto de la cintura hacia abajo con mis botines negros.

Y Maya, bueno Maya, llevaba un vestido bastante lindo aunque parecía algo hippie... Tanto Alisson como yo llevábamos el pelo suelto mientras que Maya lo llevaba en una hermosa trensa. Tomamos nuestros bolsos y salimos rumbo a la fiesta.

Sólo entrar a casa de Merrison y confirme las palabras de Maya... " Adolescentes y universitarios ebrios".

Y vaya que tenía razón, la música se escuchaba muy fuerte. Todos estaban perdidos en sus cosas, algunos tomando, otros teniendo sexo con ropa... Definitivamente era una fiesta.

— Hey, vinieron.— Nos saludó Asthon por encima de la música.

— No, somos una aparición fantasmal, idiota.— Habló Maya, pero sólo yo la escuché yo que estaba a mi lado, era más que obvio su incomodidad.

Asthon nos saludó, sus  ojos llegaron hasta Alisson observándola como si fuera una diosa, podría jurar que vi... ¿ deseo? En su mirada, podría jurar que vi a la rubia sonrojarse . Negué inmediatamente pues eso era imposible, eran amigos desde el quinder si bien siempre me ha parecido que ellos tienen una relación muy íntima nunca en el plano amoroso eso sería como que a mí me gustara... Ethan.

Bien, estaba escuchando demasiado a mi conciencia ya hasta empezaba a pensar cómo ella.

Su mirada se posó en mí , me sonrió.— Estás hermosa, Fer... Tú también, Maya.

— Gracias galán. — Alisson se acercó a él, colocó sus manos sobre su torso, suavizando su camisa.— Necesitamos alcohol, Ast.

— En un minuto.— Le sonrió a su mejor amiga, giró sobre sus talones perdiéndose en la multitud.

Asthon regreso minutos después con nuestras bebidas, Maya se negó a tomar pero la terminamos convenciendo de que sí. Alisson se fue con Asthon , quería presentarle un amigo o algo así entendí, esos dos eran expertos en desaparecer para uno ayudar al otro a ligar.

La música era bastante contagiosa, tanto Maya como yo llevábamos varios tragos, creo que a Maya ya le estaban empezando a afectar y puede que a mí por igual pues me sentí más ligera, la música de colaba en mi piel y todo lo que salía de la boca de mi amiga era súper chistoso.

— ¿ Bailamos?.— Un chico alto, moreno, bastante guapo, juraría que era universitario se acercó a Maya, mi amiga le sonrió, bueno si una carcajada media neurótica se puede catalogar como sonrisa.
Creo que si estuviera sobría se hubiera negado pero al parecer las copas si habían hecho su efecto en ella púes se lanzó a los brazos del chico.


Me levanté para ir a la pista de baile, no sé porque pero mi cuerpo parecía tener vida propia.

La música era bastante pegajosa, mi cuerpo empezó a moverse. Me detuve unos segundos al sentir alguien tomarme por la cintura, me gire encontrándome a Asthon , cerca muy cerca de mí y eso fuera de enojarme me gustó.

— ¿ Puedo acompañarte?— susurró este con una sonrisa ladina.

!Santos reyes de las sonrisas sexys¡

Asentí con una risita estúpida, sus manos no se apartaron de mí cintura. Coloqué las mías alrededor de su cuello y dejé que la música me guiará.

Sentía el sudor descender lentamente por mí espalda, mientras Asthon acercaba más mi cuerpo al suyo. Me tocaba de una manera tan sensual que era casi hipnótico, ese chico si que sabía cómo calentar con un simple baile. El espacio entre nosotros cada vez era más reducido tanto que su respiración acariciaba tenuemente mis labios. Su nariz acarició mi mejilla, provocándome una pequeña cosquilla.
Giré un poco el rostro ante su tacto, mi mirada viajó por todo el interior hasta que se posó en una esquina apartada, dos personas besándose, sin saber porqué mi mirada se clavó en ellos, algo en ese chico se me hacía conocido, me maldije interiormente por no apartar la mirada una vez el beso se detuvo y como si sintiera mis ojos sobre él, levantó el rostro, encontrándose con mi mirada; podría reconocer ese rostro donde fuera.

Era... Ethan.

YO: SOY LA GORDA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora