|28|Segunda Parte

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El sudor en mis manos no se detenía al igual que mis deseos de explotar, me sentía tan frustrada, ofuscada de todo; el hecho de que mi padre hubiera creído a ojos cerrados en la palabra de Hilary sin darme siquiera la oportunidad de explicarme me hacía plantearme el hecho de si en verdad yo le importaba algo, si el me quería, porque la verdad que tenía ante mis ojos me decía todo lo contrario y es que si él debía escoger entre ella y yo, estaba claro a quien escogería.

Negué con la cabeza intentando callar mi mente y todos esos pensamientos asfixiantes, giré a la izquierda buscando lo que si mi memoria no me fallaba estaría en la próxima esquina, si, efectivamente ahí estaba, un pequeño motel. Lo conocía porque hace unos meses tuve que venir a recoger a Marcus hasta aquí, y aunque en su momento sólo quiero asesinato o
Por hacerme venir hasta aquí, hoy se lo agradezco, pues me ha dado una ancla a tierra firme.

Pague por la habitación, subí hasta el segundo piso que era en donde estaba ubicada la que me habían asignado; me senté en la cama y tome el teléfono para llamar al servicio de habitación, ordenando toda la comida que desee, limpie las lágrimas que descendían por mi rostro en un fracasado intento de calmarme. Mis manos picaban y todo mi cuerpo estaba en completa tensión, sentía que hasta respirar se estaba volviendo complicado. Por suerte, unos minutos después llegó el servicio, y con manos temblorosas sostuve lo que el chico frente a mi me entregaba. Una vez cerrada la puerta y en completa soledad otra vez, coloqué todo en el piso y empecé a comer, aunque no podría definirlo como " comer" ya que prácticamente no estaba masticando mas bien me encontraba en un proceso acelerado de tragar , los nervios no me lo permitían sólo introducía un bocado sobre otro, llenado mi boca y con el mi estómago, ahogándome en medio de las lagrimas y las frustraciones. Deprimente, si, toda yo lo era; es así como el momento de la liberación llego hasta mi, cuando mi estómago ya no pudo más corrí hasta el baño.

Me relaje conforme empezaba a aliviarse mi estómago, cada vez que obligaba a mi cuerpo a expulsar lo que había ingerido me sentía más liberada , arcada tras arcada hasta quedar vacía.

Lavé mi rostro con abundante agua, sintiendo el frío de esta como me devolvía a la realidad, sin poder evitarlo me observé frente al espejo sintiendo esa maldita sensación que se conjugaba entre placer y rechazo. No sabría porque pero creo en ese instante el rechazo tuvo más fuerza que el placer, mis piernas fueron perdiendo fuerza hasta terminal sobre el piso, rodee mi cuerpo con los brazos y escondi mi rostro entre ellos; lágrimas empezaron a descender por mi rostro sin poder contenerlas, las imágenes de lo acontecido giras antes regresaron con más fuerza, sin poder evitarlo llegaron las comparaciones, el hecho de preguntarme si yo era el problema, si mamá tenía razón y el problema era mi debilidad.

Intenté tantas veces ser aceptada por ella, ser lo que deseaba, quería ser la hija que tanto anhelaba porque mi verdad a pesar de ser dolorosa era esa, yo quería que Loraynie Prezton me amara, que mi madre me aceptara tal y como era; sin embargo, eso no sucedió, todo lo contrario, me odio tanto que prefirió abandonar su familia antes que cargar con una hija gorda.

Mi móvil empezó a sonar, lo ignore, no quería hablar con nadie, pero quien fuera no pretendía dejar de llamar, continuó sonando hasta que lo tomé.

Hola hermosa— lloré más fuerte al escuchar la voz de Ethan detrás del movil— ¿ Fer?, ¿ qué sucede?.

— Lo... siento— susurre entre sollozos, ¡ Dios porque todo en mi vida tenía que ser tan complicado!.

— ¿ qué?, ¿ de qué estás hablando?, ¿ dónde estás?.

Su tono de voz era daba a notar cuán preocupado estaba y eso solo hacía empeorar las cosas porque me sentía peor al saberme culpable de estarlo arribando a situaciones tan incomodas por definirlas de algun modo; me dolía tanto el estar involucrándol a lidear con alguien como yo, alguien tan inestable emocionalmente, un completo desastre , sin lugar a dudas la persona más imperfecta que pueda existir, el no se merecía eso.

YO: SOY LA GORDA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora