Laura

Latir

- Bueno, dile que el lunes iré a comer después de clases. -Le sonreí, no negare que estaba feliz pero al mismo tiempo aterrada.

Miedo, era lo que sentía. Yo no me podía permitir el perder a mi madre, ya perdí a mi padre y aun no lo supere del todo.

Mi madre al enterarse que mi "chica" iría a comer casi bota de alegría.
Acto seguido se puso a buscar recetas de comidas y por cada una que encontraba me preguntaba si le gustaban los ingredientes, casi me las aprendo de memoria.

Los días pasaron y llego el ansiado fin de semana, entre todos decidieron que nos reuniriamos para divertirnos un rato ya que yo no podía salir de fiesta.

Vinieron todos a mi casa y mi madre enseguida se fue a casa de mi tía, según ella no quería molestar.

Preparamos palomitas y nos sentamos a comer mientras mirábamos una peli, las horas pasaban igual que las películas una tras otra, lo bueno que tenia el estar entre amigos era que Bea y yo podíamos ser nosotras mismas y si nos apetecía besarnos lo hacíamos pero sin pasarnos claro esta, porque sino Alex enseguida nos soltaba alguna de sus frases como la de:

- ¿Me queréis poner palote o que?

Finalmente Lidia y Alex se marcharon al acabar la tercera pelicula, tras despedirlos mire a Bea a los ojos directamente, necesitaba tenerla en mis brazos.

Llevábamos bastante tiempo sin tocarnos por miedo a hacerme  daño pero ya no aguantaba mas.

- No me mires así, sabes que te puedes hacer daño..

Me abalance encima de ella, mi lengua se abrió paso entre sus labios, con urgencia como si solo tuviera dos segundos para disfrutarlos.

Los besos eran apasionados y nuestras manos buscaban desesperadas el roce con nuestras pieles.
La ropa fue desapareciendo de nuestros cuerpos casi a velocidad de relámpago, cuando estuvimos en ropa interior nos miramos un momento, sentía el latir de nuestros corazones desbocados por tal sofocón.
Me perdía en ella en su olor , su sabor, su belleza, en toda ella..