Inesperado

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La verdad que rocío fue la que mas espacio me dio, los otros tres me agobiaban a preguntas, de como me encontraba, si quería algo,etc...

Pero por fin después de dos días ya me dejaron tranquila, Elia y yo no volvimos hablar del tema que se quedo pendiente ya que no me pregunto, así que no se hasta donde oyó antes de quedarse dormida.

El silencio que envolvía toda la casa me relajaba, yo estaba acostumbrada a la soledad y el silencio pero todos se empeñaban en que tenia que estar acompañada a toda hora.

Después de comerme un bocadillo de jamón me dirigí a la habitación , me tire en la cama y al volterme mis ojos recayeron en mi libreta. La observe durante barios minutos hasta que decidí escribir un rato.

Después de horas en la misma posición y en pleno silencio entre nosotras un ruido proveniente de la puerta nos saco de esa ensoñación que nos poseía a ambas.

La puerta fue abierta y cerrada, cinco pasos se oyeron hasta que paro y nos sumimos en el silencio de nuevo pero esta vez las miradas chocaban unas con otras.

- ¿Porque?Pregunto mi madre y no savia que contestar, varias veces abrí la boca y la volví a cerrar.

- ¡Simplemente nos amamos!

Bea seguía estática, con los ojos clavados en mi madre. Daba la sensación de que quería trasmitirle todo lo que sentía por mi tan solo con una mirada la cual mi madre estaba recibiendo.

Lentamente las facciones de mi madre pasaron de dolor y pena a comprensión y cariño. Este echo me dejo confusa, como podía Bea tener el poder de que tan solo con una mirada consiguiera ese cambio.

- Laura, eres mi hija y sabes que no tengo a nadie mas que a vosotras y a tus tío, yo no..no quiero perderos pero...por favor..darme tiempo.

Empezó a llorar y a mi se me fue la voz ya que las lágrimas de mi madre tenían el poder de ahogarme, nunca me gusto verla triste.

- Gracias tía..-Dijo esto acercándose a mi madre y fundiéndose en un gran abrazo, acto seguido imite los pasos de Bea y me abrace a las dos.

- Sois lo mas importante que tengo en mi vida, sin vosotras no se que seria de mi.- Sus brazos me apretaron hacia sus cuerpos.

Los días que siguieron fueron raros, mi madre estaba un poco distante pero íbamos por buen camino, ella era muy comprensiva con migo.

Mi tía preparo una cena, yo solo rezaba para que mi madre no les digiera nada sobre la relación que mantenía con Bea.

Toque la puerta y Bea me abrió con una dulce sonrisa en sus labios.

- Controlaros si no queréis que se enteren...-Dijo mi madre mientras pasaba por medio de las dos y entraba a la casa.

La cena dio comienzo pero había algo raro, mis tíos estaban como nerviosos y se miraban cada dos por tres, gracias a mi madre nos enteramos todos.

- ¿Me lo vas a decir ya o te lo saco con cuchara?-
Miro fijamente a mi tía y esta se sonrió.

- Como me conoces hermana...bueno queremos daros una buena noticia..

Bea sentada al frente mio me miro con extrañeza y eso me dio a entender que no tenia ni idea de lo que estaba sucediendo.

- La semana que viene nos mudamos a la capital, me a salido un trabajo allí.

LauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora