Ataques y besos

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En el momento en que Víctor dijo que no se podía matar a una  hibrída, entre corriendo a la casa buscando a  mi padre, llegue al salón y mi abuelo estaba sentado mirando por las ventanas.

-Están en el salón de la reina.

-Gracias abuelo.- Fui corriendo al salón, alli vi a mi padre frente a mi madre.

-Al parecer ya te enteraste.

-Si, eso quiere decir que va ha despertar.

-No sabemos cuando, según lo que me dijo Elena es que el hechizo es muy fuerte ya que lo hizo una bruja antigua.- Me acerque a mi padre, me paso su brazo por mis hombros y apoyo su cabeza en la mía.- Y para quitarlo hay que buscar en grimorio de una bruja antigua.

-¿Donde se puede conseguir uno?

-En ninguna parte, todos fueron quemados hace años.

-No nos vamos a quedar a esperar.

-No, claro que no.

-¿Y entonces?.

-Buscare la forma de traerla de vuelta.

Habían pasado tres días desde que esa bruja ataco a mi madre, nadie quería hablar conmigo sobre el ataque y el modo de quitar el hechizo, todos me ignoraban, no había sabido de Víctor ni de Cristian en esos días.

Me dedique a buscar información de los cazadores ha escondidas, mi madre tenía un cuaderno donde habia escrito cada detalle de los cazadores. Fui al parque un rato a leer un poco más del cuaderno de mi madre, me senté a los pies de un gran árbol. 

Pase dos  horas sentada leyendo, me dirigía hacia la casa, las calles quedaron vacías de un momento a otro, no me importo y seguí caminando, de repente un pañuelo tapo mi boca y nariz luche con todas mis fuerzas pero el sedante comenzaba a hacer efecto, pude ver a un chico rubio corriendo hacia mi.

-¡Alexa!.- Mi nombre fue lo último que escuche.

Me dolía algo la cabeza, comencé ha abrir mis ojos poco a poco, no sabia donde me encontraba, había mucha luz lo que me molestaba, tape mis ojos con mi mano y poco a poco me fui acostumbrando a la luz, estaba en una cama con sabanas de seda negra, frente a mi estaba un chico rubio y ojos grises.

-Ya despertó.- Dio media vuelta y salio, en segundo después entro Cristian.

-¿Te encuentras bien?.- Yo solo asentí.- ¿Te duele la cabeza?.- Volví ha asentir. Me senté y un dolor paso por mi costado.- Los cazadores te atacaron y Víctor te salvo. Llego justo a tiempo, tenían pensado llevarte con ellos.

-¿Donde estoy?

-En casa de Víctor.

-Tengo que volver a mi casa.

- Ya hablamos con tu padre, dijo que apenas estés bien te llevemos a casa. Mejor descansa un poco más.- Me dejo sola en la habitación, me recosté y mis párpados comenzaron a cerrarse.

Un rato más tarde desperté descansada, estaba sola en la habitación, me levante, salí de la habitación para buscar a Cristian y decirle que me llevara a la casa. Camine por el largo pasillo que había, al final había una hermosa puerta negra con detalles blancos, estaba entre abierta entre sin llamar, a lo mejor aquí es donde duerme Cristian. De repente mi cuerpo comenzó a dolerme. Mis piernas se doblaron, caí al suelo.

-¡Alexa!.- El chico rubio se acerco a mi.

-¿Quien aah.

-Víctor niña, solo que nunca me has visto en mi verdadero cuerpo..- El dolor aumento.

-¡Me dueleeee!.- Me tomo en brazos 

-Tranquila.- Tomo su teléfono..- Creo que esta pasando por el cambio.- Grite a todo pulmón cuando mis huesos comenzaron a quebrarse.- Tienes que venir rápido.

-Anastasia- 

Con la aparición de esa bruja todo se esta viniendo abajo, mi cuerpo congelado por así decirlo, desde el día que esa bruja me hechizo he estado entre la vida y la muerte, he hablado con mi madre y con la reina hibrída y me han dicho que para salir de este hechizo existen dos maneras, levantar el hechizo con otro o que algo me motive a despertar, algo que sea tan fuerte que ni la misma muerte pueda superar.

Por más que lo pensara no sabia donde conseguir un hechizo para levantar el que me habían puesto o un motivo para despertar.

Un escalosfrió recorrió mi espalda, avisándome que algo no estaba bien. ¿algo le pasaba a Alex? ¿a Dean? o ¿Alexa?.

-No, no, no ellos deben de estar bien.- Escuche el grito de Alexa.- ¡Mi niña!

-Alexa-

-Alexa, cálmate.

-Me duele mucho.- Las lagrímas corrían sin control.

-No puedo hacer nada, tienes que pasar por esto.- El dolor comenzó a disminuir. Víctor se recostó a mi lado y comenzó a colocarme un paño húmedo en la frente.

-¿Que me pasa?.

-Transición a lobo, eso es lo que pasa.

-No,no quiero esto.

-shhh, tranquila.- El dolor volvió de nuevo, pero esta vez fue mil veces peor que el anterior. Algo suave estaba en mis labios, el dolor disminuyo un poco, abrí mis ojos ¡Víctor me estaba besando!

Nocturnos y la guerra de los cazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora