Nocturnos y la guerra de los cazadores

La bruja

La emoción de saber que las personas que mas quiero pueden verme  es única, ni pensar que al molestarme iba a pasar algo así.

-An.- Esa voz y esa forma de hablarme la conocía mejor que nadie. 

-Hola Alex, amor.- Tengo que dejar la emoción a un lado para poder centrarme el volver a mi cuerpo.-Muy bien, necesito saber que hacer para hablar con la bruja.- Mi mirada fue a Víctor.

-Yo la puedo llamar, pero no te garantizo que ella nos ayude.

-Nada pierdo con intentar, no puedo dejar que el consejo llegue y todo este hecho un desastre, se que los cazadores nos quieren matar pero no dejan de ser humanos, además son manipulados por alguien, quiero saber quien es.

-Perfecto tenemos que ir a la sala para llamar a la bruja.

Mientras todos bajaban a la sala, por primera vez vi en la mente de Alex cosas que ya habían sucedido. Es increíble que los cazadores estén haciendo tanto daño, la siguiente fue Alexa, su transición, la sed los ¿besos?. Deben de estarme jodiendo ¿mi hija y Víctor?.

-Anastasia.- La voz de Víctor llamándome me saco de mi asombro.

-Aquí estoy.- Aparecí detrás de ellos

-Antes de llamarla quisiera decirte por que tu madre hablo conmigo para llamar a mi abuela también.- Con una mirada le dije que continuara.- Ella estaba buscando la forma de salvarte, luego de saber que estaba embarazada comenzó a tener pesadillas en las que una niña de 7 años moría a manos del consejo, en su preocupación me busco a  mi.

-Tu también me querías muerta.

-Quería tu sangre, en fin ella me dijo que la única que podía ayudarle a salvarte era mi abuela la bruja más fuerte y la cual ha tenido en sus manos un poder muy grande que ninguna otra bruja posee. Mi abuela le dijo como protegerte hasta que pasaras los 8 años a esa edad ya te comportabas como humana y tus poderes no eran una alarma para el consejo.

-Hasta que mi padre me mando a buscar a los 17 años, luego de que mi madre murió en tus manos.

-No, yo no la mate, de algún modo el consejo provoco que el auto de tu madre perdiera el control.

-Continua

Víctor dibujo un pentagrama, coloco unas velas en las esquinas, la casa tenía que estar a oscuras para realizar el rito, una vez todo listo Víctor comenzó, las llamas de las velas se hicieron mas grandes, sentí un frió recorrer mi espalda. Vi como Alexa y Alex caían inconscientes ¿que pasa?. Víctor termino el rito, aún me pregunto como es que el puede hacer esto si ya no tiene contacto con la naturaleza desde que se volvió vampiro.

-Tranquila ellos están bien, es solo que a ella no le gustan tantas visitas que digamos.

-Y menos que me llamen para estar frente a unos vampiros.- La voz de una mujer me alerto.- Pero no son vampiros comunes por lo que veo. Por lo que veo hasta ahora la reina logró entrar en un cuerpo para hacer de las suyas. 

-Y yo quiero que vuelva al otro lado para evitar un desastre.- Cuando murió aún era joven, esta bruja hizo mucho cuando estaba viva.

-Todos quieren algo querida, ¡Oh! ¿pero donde están mis modales?, no me he presentado me nombre es Victoria. Antes de mi muerte una bruja muy poderosa y después de muerta lo sigo siendo ya que todos quieren mi ayuda.

-Créeme que si pudiera volvería a mi cuerpo por mis medios pero  no es posible. Tengo que volver antes que el consejo llegue aquí.

-Aun existe el consejo.- Dijo en voz baja, asentí.- Ellos son lo peor, cuando hay algo que no les gusta se encargan de destruirlo.- Victoria tenía cabello y ojos negros, su piel blanca, cuando estaba viva debió de atraer a todos los hombres.

-¿Me vas ayudar?.- Le pregunte con un tono de esperanza.

-Lo haré, pero es necesario algunas cosas.

-¿Como cuales?.- Víctor le pregunto mientras tomaba asiento.

-Tiene que ser en el claro, hay que hacer una hoguera, Víctor necesito mi grimorio allí esta el hechizo para que Anastasia vuelva a su cuerpo.

-¿Solo eso?

-Una cosa mas, es indispensable que tu cuerpo este inconsciente.

-Estas loca si ella percata que la queremos atacar va a matar a cualquiera.

-No va a ir ningún humano, lobo o vampiro a dejarlo inconsciente.- Vas a ir tu querida.-¡Mierda!