Con la sangre hirviendo

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Me estaba dejando llevar por el beso, mi mente se estaba poniendo en blanco. Pero volví a mi en seguida, ¿como es posible que este besando a este tipo?. Me separe de el y mi mano voló hacia su cara, estrellándose con su mejilla.

-Nunca vuelvas a intentarlo de nuevo.- Este sonrió.

-Ya no te duele.

-¿Que?.- Yo respiraba pesadamente.

-Tus huesos ya no se están volviendo trizas.- Abrí mis ojos como platos, me levante de la cama y comencé a dirigirme hacia la puerta. El dolor volvio, mi visión se nublaba.- ¡No de nuevo!.- Iba directamente al suelo.

Cada hueso de mi cuerpo  se hacia trizas y volvía a la normalidad una y otra vez. Mi visión no era muy buena en ese momento pero me percate que Víctor estaba ¿preocupado?.

-Anastasia- 

De nuevo ese escalosfrió, tenía que volver con mi familia, algo les  estaba pasando, tengo que encontrar el modo de despertar

-Aah.- Sentí un dolor que no sentía hace años, mis huesos se estaban destrozando.- Alexa, no puede ser tan pronto.- De nuevo el dolor pero mucho más fuerte, Alexa esta sufriendo.- Tengo, tengo que despertar. ¡Demonios!. La transformación a lobo era  muy dolorosa, había olvidado ese dolor, Alexa estaba sufriendo. Sentí como si algo se desprendía de mi.

-¡Alexa!.

-Alexa-

Víctor me trajo un poco de agua luego de que me calmara, mi cuerpo ardía, me sentía fatal, como los lobos podían soportar ese dolor.

-¿Un poco mejor?.

-Si, pero esto es terrible.- De nuevo comenzó el dolor, mi espalda se arqueo, sentí mis colmillos alargarse y volver a la normalidad, de repente sentí ganas de atacar ¿por que?.

-¿Donde demonios esta tu padre que no llega?.

-¡Aaaaaaah!.- Di vueltas en la cama hasta caer al suelo, Víctor corrió hacia mi, pero de inmediato se alejo.

-¡Diablos! Alexa soy yo, Víctor tranquila.- Tenía tantas ganas de atacarlo. Me levante, el retrocedió dos pasos, comencé a acercarme a el, Víctor retrocedía cada vez que me acercaba, ya no pude contenerme y corrí hacia Víctor, lo acorralé en una esquina de la habitación, me posicione para atacarlo, estaba tomando impulso para lanzarme hacia el cuando una voz me detuvo.

-Alexa Santoi, detente.- Esa, esa es la voz de mi madre, me gire lentamente.

-Mamá.- Ella se acerco a mi y me abrazo.- Mami.

-Tranquila.- Se alejo un poco de mi.- No tengo mucho tiempo, cariño tienes que controlar las ganas de matarlo.

-¿Por que lo quiero atacar?

-La hiciste enfadar ¿no?.- Mi madre le pregunto a Víctor, de inmediato sentí que me sonrojaba.-

-¿Por que no te defendiste?.

-Por que eres mi hija, no me atacaría.

-No te acostumbres.- Me dijo Víctor

-Alexa, ve al bosque, al claro, allí déjate llevar por el dolor cuando te transformes, ese dolor se ira.- Mi madre miro a Víctor.- Ve a la casa y búscale ropa, dile a todos los vampiros que se encierren que no salgan hasta mañana, ella es peligrosa al igual que yo cuando pierdo el control.

-Esta bien.- Salio de la habitación dejándome sola con mi madre.

-Te llevaré al claro, te tendré que dejar sola ya que no tengo mucho tiempo.- Asentí. Mi madre me llevo al claro, me dijo que me dejara llevar por el dolor que esa era la mejor forma de pasar el cambio. Minutos después se fue, me dio un beso en la frente, para luego dejarme sola.

Pase toda la noche aguantando el más terrible dolor que podía soportar mi cuerpo. La más larga de mis noches por fin llego a su fin cuando me transforme en lobo. No recuerdo nada desde la transformación hasta que volví a la normalidad.

En la mañana desperté sin ropa, me senté, aún me dolía el cuerpo, hoy el día estaba muy lindo, sentí que caía una tela sobre mi cuerpo.

-Cubrete.- Era Víctor.- Tu madre volvió a caer en el hechizo, no sabemos como despertó pero lo hizo.- Me cubrí con el abrigo que Víctor me dio, al estar cubierta lo mire.

-Mi padre me dijo que con un hechizo igual de fuerte que el que tiene podemos despertarla. Me dijo que en un grimorio antiguo podría estar lo que buscamos.

-Hace años que quemaron esos grimorios.

-Debe de haber alguno.

-Todos fueron incinerados.

-Es de mi madre de la que estamos hablando.

-Lo se.- Se detuvo, un escalosfrió recorrió mi cuerpo.

-Cazadores.- Los dos hablamos a la ves

Nocturnos y la guerra de los cazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora