Me encontraba en un campo lleno de flores silvestres, estaba de pie en medio del lugar, mirando a los lados buscando ¿que era lo que buscaba?, no lo se.
Llevaba en vestido blanco, mi cabello estaba suelto, el cual se movía hacia donde el viento soplaba. De inmediato tuve la sensación de que alguien me veía, mire a mi derecha y vi a Cristian a mi lado sonriéndome. Me tendió la mano, un escalosfrió recorrió mi espalda, por instinto mire hacia mi izquierda y choque con los hermosos ojos grises de Víctor, este me sonreía igual que Cristian, pero su sonrisa me hacia sentir ¿segura? note que me tendía la mano.
Estaba perdida no sabia lo que estaba pasando es como si ellos me estuvieran pidiendo elegir entre ellos.
-Alexa, despierta.- Escuche la voz de mi madre cerca.
-¿Mamá?.- los chicos estaban más cerca de mi.
-Alexa, despierta.- Vi a mi madre de pie frente a mi a solo unos pasos.- Despierta, estas en peligro.
-¿Peligro?.- Sin darme cuenta ya estaba caminando hacia ella, cuando la abrace desapareció.
Quería mover mi cuerpo, me sentía incomoda, comencé a abrir mis ojos poco a poco, todo a mi alrededor estaba oscuro, de nuevo intente moverme pero fue imposible.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, vi que mis brazos y piernas estaban sujetas a una silla.
-Que bien ya despertaste.- Escuche la voz de una mujer cerca de mi.
-¿Donde estoy?.- Pregunte, estaba desorientada, no sabia donde me encontraba.
-Eso no importa ahora.- Me dijo la mujer, de golpe apareció la luz, la mujer había corrido unas cortinas.- Lo que importa es que vas a morir.- Por fin pude reconocer a la mujer, era la que me atendió en la tienda.
-¿De que hablas?.- Le pregunte asustada, comencé a moverme tratando de soltarme.
-No lo intentes, esas cuerdas esta hechizadas, no se soltaran hasta que yo lo diga.- La mujer se movió cerca de mi.- A nosotras se nos dio la orden de matar a todo aquel ser sobrenatural que apareciera buscando información de los grimorios antiguos.
¡Rayos! ¿En que me he metido?
-Tu eres la hija de la hibrída, de Anastasia Bane, la cual esta bajo el hechizo del sueño.
-¿Como supo quien era?.- La interrumpí.
-Ella nos dijo quien eras.
-¿"Ella"?.
-Si ella, Iris.- Ella vio la confusión en mi cara.- La bruja que creo a los cazadores.
Esto tiene que ser malo, muy malo ¿y ahora como salgo de aquí?. Mil y un cosas pasaron por mi mente, ¿como ayudaría a mi madre si moría? ¿que pasaría con mi hermano y mi padre?
La mujer se acerco a una mesa donde tenía cuchillos y jeringas. Mi corazón comenzó a latir apresuradamente. La mujer tomo una jeringa que tenía un liquido café.
-Esto me ayudara a mantenerte tranquila durante un rato, para terminar de una buena vez contigo.- Se acerco y me pincho con la jeringa. El liquido que poseía la jeringa quemaba mis venas, comencé a gritar, el dolor era insoportable.
-¡Basta, has que se detenga!.- Grite desesperada.
-No.- El dolor era horrible, mis latidos aumentaron, mi vista se nublaba.- En ese estado tu muerte será mejor.- Estaba al borde de la inconsciencia, escuche una puerta abrirse de golpe, no pude identificar la voz de la persona que hablo.
-Déjala tranquila.- Alguien estaba frente a mi, coloco sus manos en mis hombros, veía borroso, creí haber visto a.
-Víctor.- Las palabras salieron de boca en un susurro, luego todo se volvió oscuro.
Me dolía el cuerpo y la cabeza, intente abrir los ojos y cuando lo hice todo esta borroso, enfoque la vista y vi a los pies de la cama a alguien de pie, Víctor, mire a mi derecha y vi a mi hermano sentado con los codos en las rodillas y su cabeza inclinada. Dirigí mi mirada hacia la izquierda y vi a mi padre arrodillado junto a mi cama, estaba dormido.
-Papá.- Mi padre reacciono de inmediato.
-Alexa, ¿estas bien?.- Se levanto y se sentó a mi lado, tomo mi mano.- ¿Por que fuiste tu sola? te dije que era peligroso Alexa.
-Lo siento.- Mi padre se veía preocupado.
-No lo vuelva a hacer, por favor.- Yo solo asentí.- Bien dejémosla descansar otro rato.- Mi padre me dio un beso en la frente y salio, Neal llego a mi lago y me dio un beso en la mejilla.
-Nos asustaste hermanita.- Le sonreí.- Descansa, más tarde vendré a verte.- Y salio dejándome a solas con Víctor. En su cara se notaba la preocupación. La puerta de la habitación se abrió dándole paso a Cristian.
-Alexa, que bien que despertaste.- Se sentó a mi lado.- ¿Sabes que te paso?.
-Recuerdo que, fuí a una tienda a buscar información de los grimorios, la mujer de la tienda me ofreció té y lo bebí, luego no recuerdo.
-Estabas atada a una silla, estabas drogada y te iban a matar Alexa.- Dijo Víctor un poco molesto.
-Por suerte llegamos a tiempo.- Me dijo Cristian, no me había percatado que me estaba tomando de la mano.- Nos tenías angustiados.- Cristian se acerco más a mi. De un momento a otro Víctor llego al lado de Cristian, lo tomo por el cuello y lo lanzo al otro extrema de la habitación.
-Mantén las manos fuera de ella.
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Nocturnos y la guerra de los cazadores
VampireUna guerra se acerca para Anastasia y Lexa