Escape

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Ok, esto se esta poniendo extraño ¿por que Víctor ataco a Cristian?. Víctor estaba muy agresivo últimamente, parece que quisiera matar a todo aquel que se le acerca.

-¡Víctor, cálmate!.- Le dije

-Tranquila Alexa, esta así desde que bebió de tu sangre-

-¿Que?.- Mire a Cristian sin comprender a lo que se refería.

-¡Cállate!.- Víctor grito, se veía molesto.

-Ves.- Me dijo Cristian.- Se esta volviendo loco.

-No entiendo Cristian.- Cristian se puso de pie.

-Al probar tu sangre, Víctor siente la extraña necesidad de saber donde estas, si esta bien, que nadie se te acerque, cosas así.

-¿Por que?.- Cristian se acerco a la cama.

-Tu sangre es un misterio.- Ok Cristian sabia algo pero no me lo quería decir, o por lo menos no en frente de Víctor.

-Cristian tengo que hablar contigo.- Mire a Víctor.- A solas.

-No me iré.- Dijo Víctor.

-Víctor, por favor tráeme algo de comer.- De una manera u otra iba a hablar con Cristian.

-Esta bien.- Miro a Cristian luego a mi.- No tardo.- Apenas Víctor cerro la puerta mire a Cristian.

-Ahora explícame eso de que mi sangre tiene como loco a Víctor.- Me senté.

-Al parecer tu sangre a parte de salvarlo del veneno de los cazadores, ha hecho que pueda saber si estas en peligro, donde estas, cosas así.

-Eso quiere decir que gracias a Víctor yo estoy viva.

-Si, lo hubieses visto parecía un león enjaulado al sentir que estabas en peligro.

-¿Por que león enjaulado?.

-Estaba loco por ir a buscarte.

-¿Cuando pasara el efecto de la sangre?.

-No lo se, pero espero que pronto. Bueno.- Se levanto y se dirigió a la puerta.- Te dejo descansar.- Y salio de la habitación. Me recosté y al instante caí en un profundo sueño

Me sentía observada, a pesar de estar un poco consiente. Al abrir mis ojos vi a un hombre altob¡Víctor!.

-¡Diablos! Víctor me asustaste.- Como si nada hubiese ocurrido sonríe.

-Cuando volví con la comida ya estabas dormida.- Tome una almohada y se la lance .

-No vuelvas a asustarme de esa manera.- La puerta de la habitación se abrió de golpe, era Cristian se veía preocupado. Miro a Víctor.

-Sácala de aquí, los cazadores están atacando.

-¿Que?.

-Al parecer nos quieren en bandeja de plata.- Dijo Cristian.- Llévala al salón de la reina.- Cristian cerro detrás de el la puerta.

-Lo escuchaste, levántate.- Víctor fue a mi armario y tomo una mochila, en ella guardo varios jeans, camisas, ropa interior.

-¿Por que atacar la casa?.

-Saben que el rey no esta.

-¿Mi abuelo no esta?.

-No.- Víctor guardo solo lo más importante y me saco de la habitación para llevarme al salón de la reina, donde se encontraba mi madre. Al llegar las puertas estaban abiertas, busque a mi padre con la mirada, estaba al lado de mi madre.

-Papá.

-Alexa.- Extendió sus brazos hacia mi.- Estas bien. - Me dio un beso en la frente. Miro a todos en el salón y elevo su voz. - Muy bien señores vamos de aquí, los cazadores vienen por nuestras cabezas.

-Las puertas del salón no se cerraran y ellos nos alcanzaran.- Dijo Armand.

-Es cierto padre, si esas puertas no se cierran no lo lograremos.- Dijo Dean.

-Las puertas no se cierran a menos que una hibrída lo ordene.- Víctor se acerco a nosotros.

-An esta bajo un hechizo, ella no las puede cerrar, Elena esta con Ian, ella puede cerrar las puertas con magia..- De un momento a otro las puertas se cerraron de golpe. Mire a mi padre.- Ok, vámonos.

Mi padre nos dirigió hacia una puerta oculta, había tomado a mi madre en brazos, seguido por mi hermano y por mi. La puerta oculta daba paso a un pasillo amplio bien iluminado, poseía varios caminos pero mi padre solo seguía derecho. Me pregunte hacia donde llevaba los demás pasillos. Caminamos por unos cinco minutos hasta que llegamos a un estacionamiento subterráneo. Todos se dirigieron a un auto.

-Alexa.- Llamo mi padre, casi corrí hacia el. Puso a mi madre en los brazos de Dean.- Hija te vas con Víctor, el te cuidara.

-¿Que? no, me voy contigo y Dean.

-No puedes ir conmigo por más que queramos.

-Papá.

-Alexa, por favor.- Puso sus manos en mi cuello.- No te puedo perder a ti.

-¿De que hablas?.

-No quiero que te pase algo igual o peor que a tu madre, no lo soportaría.- Mi padre dirigió su mirada a Víctor.- Llévatela, ahora.- Y se alejo de mi.

-¡No!, ¡Papá!.- Víctor me  tomo de la cintura y comenzó a llevarme hacia un auto.- Suéltame, que me sueltes.

-No.- Hizo que entrara al asiento  trasero del auto, pero no me soltó, yo solo daba golpes y patadas tratando de liberarme, pero me era imposible.- Cristian arranca.

-¡No! tengo que ir con mi padre.- De un momento a otro estaba entre las piernas de Víctor, Me rodeo con sus brazos y se acerco a mi oído.

-Tranquila.- Comenzó a susurrar.- Todo va a estar bien.- Comencé a relajarme.- Alexa, Alexa.- La voz de Víctor ahora estaba en mi cabeza, para luego desaparecer y darle paso al sueño. Pero al final supe que nos habíamos escapado de los cazadores, por ahora.

Nocturnos y la guerra de los cazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora