Guarda espaldas

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¿Que pasaría si las cosas fuesen diferentes?

Si mi madre no fuese hibrída, estaría preparando algo rico de comer. Si mi padre no fuese vampiro, seguro estaría en una reunión de su trabajo. Si mi hermano no fuese vampiro, estaría estudiando para un examen de la universidad. Si yo no fuese la hija de una hibrída,mi vida seria normal.

Pero mi vida no es normal, mi madre es una hibrída a la cual una bruja loca la quiere matar, mi padre y mi hermano son vampiros y están buscando una solución para sacar a mi madre del hechizo y yo, soy la hija de una hibrída, la cual ah pasado por su transformación a lobo y esta buscando un grimorio antiguo que puede ayudar a mi madre.

Me sentía que flotaba, un delicioso olor a  bosque impregnaba mi nariz, lo primero que vi al abrir mi ojos fue la cara de Víctor.

-Ya despertaste.- Me dijo.

-¿Donde estoy?.- Víctor me llevaba en brazos.

-Vamos a mi casa.

-¿Que?. Bájame.- No me hace caso.- Que me baje.- Saco una de mis piernas de su mano y se detiene de golpe.

-¿Estas loca? puedes haberte caído.

-Pues bájame.-  Me baja de mala gana. Miro a los lados.- ¿Donde esta Cristian?.- No me responde y comienza a caminar.- ¡Ey, idiota! te estoy hablando.

-No te interesa saber.

-Solo quiero saber donde esta.- Note que se ponía nervioso.- Vìctor ¿a donde fue Cristian?.- Me detuve.- De aquí no me muevo.- Miro sobre su hombro.

-No estoy de humor para juegos.

-Pues di.- Algo se me ocurrió.- Cristian fue a ver a mi padre ¿verdad?.- Vìctor se tenso.- Yo quiero ir a verlo.

-No.- Me dijo cortante.- Así que camina.

-No lo haré hasta que me lleves hasta mi padre.- Dio media vuelta y camino hasta a mi.

-Las mujeres de esta familia me van a volver lo.- Murmuro y me subió hasta su hombro.

-¡Oye bájame!.- Comencé a golpearlo en la espalda.-¡Que me bajes Víctor!.

-No hasta que estés en la casa segura.

-¡Idiota, no me interesa ir a la casa solo quiero ir donde mi padre!.- Me ignoro y me llevo hasta una casa, que por lo que pude ver desde donde me encontraba era grande. Víctor me llevo al interior de la casa y me dejo en un sofá en forma de L negro. Víctor me señalo y me hablo muy serio.

-Tu te vas a quedar aquí hasta que sea seguro, no vas a salir, no vas ah abrir la puerta a nadie, si te mueves dentro de la casa me informas.- Lo mire sorprendida ¿como es posible que ahora este presa en una casa que no es mía?..- ¿Quedo claro?.- Levanto la mano.- Dime.

-¿Tambien te tengo que pedir permiso para respirar?.- Levanto una ceja.

-Si, hasta para respirar tienes que pedirme permiso.- Se dio la vuelta y comenzó a caminar, aproveche ese momento y corrí hacia la puerta pero no llegue muy lejos, Víctor me sujeto de la cintura.- Ahora no vas a salir de la habitación.

-¡¿QUE?!.- Dije, mi corazón comenzó a latir muy rapido. Me volteo y me subió a su hombro. Me lleva al piso superior y me dejo en la cama de una de las habitaciones. Salio de la habitación dejándome encerrada.- ¡Víctor, déjame salír!.- Comencé a dar golpes a las puertas.

-Ni siquiera intentes utilizar tus poderes de lobo por que no funcionaran con estas puertas.- Me leyó la mente.

-Idiota.

-Mocosa.- Me contesto.

-Cretino.

-Niña mimada.

-Maldito chupa sangre.

-¡OH! gracias, hacia mucho que no escuchaba que me llamaran así.- La rabia recorria mi cuerpo y no sabia como expulsarla.

Nocturnos y la guerra de los cazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora