Mi embarazo fue divertido y cuando digo divertido, en serio es divertido, primero fue por Alex que quería saber si era niña o niño, los exámenes decían que niño, ya podrán imaginarse la felicidad de Alex y Dean, en cambio yo insistía que no era niño pero lo deje pasa.
La elección del nombre fue una tortura, todos decían nombres, Diego, Ian, Alexander, Jeremy y muchos otros más.
Los cazadores atacaban menos, pero aún así nos atacaban, en la casa real como la llamaban los vampiros Alex entrenaba a nuevos centinelas vampiros y mi hermano a los lobos. Todo el tiempo de mi embarazo estuvo tranquilo sino contamos a los cazadores.
Un día cualquiera comienzan las contracciones, bebe en camino, estaba en la sala, en el sillón y las contracciones son más fuertes.
-¡Alex!.- Sentí que mi grito provoco un terremoto en la casa, Alex llego corriendo hasta mi.
-Amor ¿que pasa?.
-El bebe.- No termine de hablar Alex ya me llevaba al salón de la reina, en donde esta el cuadro de la reina híbrida. Luego de dos dolorosas horas nació. No un niño si no una hermosa niña, todos estaban sorprendidos cuando Elena les dijo que era niña.
-Te lo dije.- Mire a Alex que sonreía. Elena coloco a la niña en mis brazos.
-Y bien ¿como la llamaremos?, ¿Que tal Ana?
-Alexa, me gusta más Alexa, además alégrate se llama casi igual que tu solo por una letra.
-Alexa.
Los dos primeros años pasaron, pero para Lexa eran cuatro años, cada año que transcurría para ella eran dos.
Lexa una niña de cuatro años, de cabello negro, piel blanca y unos hermosos ojos verdes, iguales a los de su padre, Dean no se despegaba de su hermanita, jugaba con ella, eran inseparables, Dean cumplió 17 años, pero antes de cumplirlos decidió convertirse en vampiro, para cuidar de su hermana por toda la eternidad.
Trate de que cambiara de opinión o que por lo menos esperara más tiempo, pero fue imposible, le pedí a Alex que lo convirtiera.
Desde el nacimiento de Lexa han pasado ocho años, ahora tiene dieciséis, es una chica muy callada no habla con nadie solo lo hace conmigo, con su padre, hermano y los demás solo pronuncia monosílabo, estábamos en vacaciones escolares así que se me ocurrió una idea para que Lexa socializara un poco más. Estaba en mi habitación recostada un rato, Alex sale del baño con una toalla en su cintura.
-¿En que piensas?.
-¿Ah? ah, ah nada.
-An no me mientas te conozco, dime.
-¿Que tal si inscribimos a Lexa en el instituto Roger?.- Alex me mira perplejo.
-¿Que?.
-Piénsalo, ella no habla con nadie aparte de mi, con ustedes solo dice si, no, seria una oportunidad de que haga amigos, conozca más el mundo.
-No.
-¿Por que a ver?
-Ella esta bien aquí, no hay necesidad que vaya al instituto, Erin se puede encargar de su educación.
-Alexander, ¿cuanto tiempo ha pasado tu hija en un instituto desde que cruzo los trece?, tres meses, solo tres meses ya que viajamos mucho debido a los cazadores, nunca ha tenido una amiga.
-Estas tu.
-Por Dios Alex estamos hablando de la felicidad de tu hija, imbécil.- Me levanto y salgo de la habitación antes de cerrar la puerta oigo a Alex hablar.
-Yo también te amo.- Nunca deja de decir eso cada vez que le digo imbécil. Llego a la habitación de Lexa, llamo a la puerta.
-No quiero hablar con nadie.- Siempre igual
-Lex, soy yo, ¿puedo pasar?.- La puerta se abre mostrándome a una Alexa con los ojos llorosos.- Mi niña que pasa.- se lanza hacia mi, me abraza fuerte.
-Mami.- Entro con ella a la habitación y cierro la puerta detrás de mi, llevo a Lexa hasta la cama y nos sentamos.
-A ver ¿que pasa?
-Por que no he pasado por la transformación de lobo aún, mi tío estaba entrenando a un chico de mi edad que no hace mucho la paso.
-Cariño, tu no eres un lobo común y lo sabes, a ver quita esa cara y dame una sonrisa.- Alexa no pudo más y sonrió.- Bien así se hace, bueno tengo que decirte algo.
-¿Que cosa?
-¿Te gustaría ir al instituto?.
-Mamá sabes que voy a durar tres mese.
-Esta vez va ha ser hasta que te gradúes.
-¿Hablas en serio?
-Si.
-¿Y papá?.
-De el me encargo yo, las clases comienzan en dos días, mañana iré a inscribirte para que comiences pronto las clases.- Los ojos de mi hija se llenaron de alegría
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Nocturnos y la guerra de los cazadores
VampirosUna guerra se acerca para Anastasia y Lexa