1. Voces

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La música sonaba a todo volumen y la gente bailaba sin parar. Debía admitir que fue una buena idea venir, era una gran fiesta.

Estaba con mi novio Max y mi mejor amiga Lena junto a su novio Stheven bailando y bebiendo mientras reíamos por nuestros torpes pasos de baile.
Llevábamos casi toda la noche así y estaba agotada por lo que me senté en uno de los sillones que quedaban libres seguida de Max.

La fiesta era en un chalet de Lena y nos encontrábamos alrededor de unas veinte o treinta personas celebrando el comienzo de las vacaciones. Era una pequeña fiesta con algunos compañeros de clase, pero en mi opinión así era mucho mejor.

Lena, Stheven y un par de chicos y chicas se sentaron en los sitios restantes.

-¡Hey, chicos!¿por que no jugamos a algo divertido?- dijo uno de los chicos llamado Tyler.

-Claro, ¿que propones?- preguntó Dylan, mi mejor amigo.

-Verdad o reto- propuso Tyler con una sonrisa maliciosa.

-Ni de broma, siempre que jugamos a eso algo malo pasa- repliqué con una mueca de disgusto.

-Venga Skyler, sera divertido- susurró Max en mi oido.

-¡Eso Sky no seas aburrida!

Lo pensé un poco y de verdad que no quería jugar, pero sabía que contra ellos no podía ganar así que solté un suspiro resignada y asentí.

-¡Eso es y ahora que empiece la diversión!

Después de unas cuantas verdades vergonzosas y retos estupidos llegó mi turno.

-Muy bien, Skyler, ¿verdad o reto?

No lo pensé mucho y decidida opté por reto.

-Te reto a irte a una de las habitaciones con Dylan y debeis permanecer allí durante 10 minutos.

-Pero...

-Nada de peros un reto es un reto.

Le lance una mirada interrogante a Max para saber si estaba de acuerdo y solo respondió con un asentimiento. Me pareció algo extraño que no dijese nada pero la voz de Dylan me saco de mis pensamientos

-Vamos - dijo tendiendome su mano para ayudar a levantarme.

Salimos del salón y nos dirigimos a una de las habitaciones de la planta baja. Al entrar me tumbé en la cama y Dylan se tumbó a mi lado.

-Muy bien tenemos diez minutos, así que, de que quieres hablar.

-No podemos simplemente dormir un rato, sinceramente estoy agotada.

Soltó una risita y me acarició el cabello.

-¿Como van las cosas con Max?

-Bien

-¿En serio? Porque me pareció un poco raro que no dijese nada al respecto de quedarme con su novia a solas.

-A mi también, pero supongo que es porque sabe que eres como un hermano para mí y que no haremos nada.

-Sí, puede ser. -dijo con aire pensativo.

Los minutos restantes los pasamos bromeando hasta que Evan, uno de los chicos con los que estábamos jugando vino a llamarnos avisando que el tiempo había pasado.

Al salir de la habitación Dylan posó su brazo encima de mis hombros y me dio un apretón amistoso mientras me revolvía el pelo.
Cuando me senté en mi lugar me giré hacia Max y le dedique un sonrisa para después tomar su mano pero él la apartó lo que me pareció muy extraño. No creo que se enfadase por haber ido con Dylan, solo era un estúpido reto y yo nunca le engañaría.

Seguimos jugando cuando le tocó el turno a una chica llamada Amber y a Max. Ella lo reto para que se fueran juntos a una de las habitaciones justo como habíamos hecho Dylan y yo, pero en este caso no me gustó demasiado la idea y no porque no confíase en Max si no que a Amber le gustaba Max y en más de una ocasión se había puesto a coquetear con él incluso en mis narices.
Los dos se levantaron y se dirigieron a una habitación y al levantar la cabeza me topé con la mirada cómplice de Dylan que sabia a la perfección lo que estaba pensando. Le dediqué una sonrisa tranquilizadora y desvíe la mirada para seguir jugando con el resto intentando no llenarme la cabeza de tonterías.

Pasaron los minutos y seguían sin aparecer así que ya impaciente me ofrecí para llamarles y fui directa a la habitación a la que habían entrado.
La verdad es que no esperaba que al abrir la puerta me encontrase con aquella horrible imagen que hizo que mi corazón se rompiera en pedazos al igual que quería hacer yo con aquel imbécil al que llamaba novio.
Al percatarse de que no estaban solos se separaron y por más que quisiera no podía apartar la mirada y la escena de ellos dos besándose salvajemente medio desnudos se había quedado grabada en mi mente.
El primero en reaccionar fue Max que después de borrar su expresión de sorpresa intentó acercarse a mi mientras la zorra de Amber sonreía con suficiencia.

-Sky... Esto no es lo que parece-dijo Max en otro intento en vano de acercarse a mi e intentar arreglar las cosas.

Solté una risa amarga, no sé si me veía cara de estúpida pero estaba más que claro lo que pasaba y él no parecía que hubiese intentado frenarla por mí, ya que estaban en las mismas condiciones.

-Qué se supone que me vas a explicar-solté con veneno en mis palabras-porque esta más que claro lo que pasa.

-Cariño por favor...

-Ni se te ocurra llamarme así. Ni siquiera vuelvas a llamarme, hablarme o si quiera mirarme, ¿entendido? No quiero volver a saber nada de ti. -dije dispuesta a largarme de allí.

Estaba dolida pero sobre todo sentía rabia. No entendía como podía haberme hecho esto pero lo que más me molestaba es que intentase negarlo cuando lo había visto con mis propios ojos.

Ese día iba a quedarme a dormir en casa de Lena y me había traído el idiota de Max así que no tenia como volver y no quería que nadie me viese de esa forma.

Subí a la segunda planta que estaba deshabitada y me metí en una de las habitaciones. Me acerqué a la ventana y me quedé llorando mientras miraba el cielo.
El dolor seguía ahí pero la rabia iba creciendo conforme pasaban los minutos.
Seguí mirando las estrellas hasta que me calme y limpié mi rostro preparándome mentalmente para lo que pudiese encontrarme abajo.

Mientras atravesaba la habitación recordé la historia que me contó una vez Lena sobre el antiguo dueño de la casa. Dijo que el se había ahorcado en una de las habitaciones de la planta de arriba y esa era justo en la que me encontraba. No solía asustarme de esas cosas pero el miedo se apoderó de mí en ese momento y cuando me quise dar cuenta estaba corriendo en dirección a la planta baja.
Justo antes de llegar a las escaleras escuche un susurro en mi oído.

-Ten cuidado Skyler- dijo la suave y tenebrosa voz- No confíes en nadie.

Un escalofrío recorrió toda mi columna y bajé corriendo las escaleras hasta llegar con los demás.
No dije nada porque no quería que me tomaran por una loca así que disimulé lo mejor que pude e intenté seguir la noche con tranquilidad.

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