8.Campamento

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Con mucho cuidado James me bajo de su espalda y se acercó a los niños. Les saludaba y hacia caras con las que ellos se reían y no pude evitar sonreír como tonta ante esa escena tan adorable, sonrojandome cuando los tres se giraron hacia mí y los niños saludaron con entusiasmo, así que les devolví el saludo igual de alegre.

-¿No son adorables? Sobre todo James cuando está en modo hermano mayor.-dijo una voz a mis espaldas y me giré sobresaltada.

Detrás de mi se encontraba una hermosa chica de cabello castaño claro y ojos miel con una sonrisa encantadora. Era un poco más alta que yo y tenía un cuerpo envidiable.

-Umn, si-i. -respondí algo sonrojada.

Por lo que se ve hoy era el día de hacer sonrojar a Skyler y lo peor es que mi piel es muy pálida y se me nota demasiado.

-Tranquila, no soy telepata así que no puede leer tus pensamientos pervertidos, pero conozco ese sentimiento. Me pasaba lo mismo cuando llegué.-dijo soltando una pequeña risita.-Soy Elisabeth, Liz para los amigos, encantada.

-Skyler, un placer.--dije y le estreché la mano que me había tendido-Me resultas familiar, ¿nos conocemos?

-No, pero seguro que conoces a mi hermano Dylan.

-!¿Dylan es tu hermano?!

-Sip-dijo riendo

-Vaya...-dije asombrada -Nunca me dijo que tuviera una hermana.

No quería pensar que toda mi amistad con Dylan era una mentira, pero me había ocultado demasiadas cosas y me sentía dolida.

-Lo sé, él solo intentaba protegernos a todos. Sinceramente le echaba de menos, pero no se lo digas. Llevábamos desde él verano sin verle pero por fin vuelve.

-Tranquila, no diré nada- sonreí cómplice y soltamos una risita.

James se acercó a nosotras y miro mi tobillo herido.

-Deberías llevarla a que se lo curen y de paso enseñarle el lugar.

-¿Y tú que harás?

-Tengo cosas más importantes que hacer. Y ya que estas ayudala a instalarse en su habitación.

-Esta bien-había escuchado toda la conversación en silencio y Elisabeth se giró hacia mí-Vamos Sky.

Ella me sujeto con fuerza y fuimos a la ¿enfermería? No sé, a donde se suponía que me iban a curar mientras ella me contaba algunas cosas sobre el campamento. Era realmente grande y muy hermoso. Había diferentes instalaciones ademas de las cabañas y según Liz se trataban del comedor, un centro de entrenamiento, que viene a ser mas o menos lo mismo que un gimnasio y la enfermería(al final había acertado)

-¡Chicos, os traigo a una paciente!

-No hace falta que grites Liz, sabes que estamos aquí al lado-dijo un chico rubio saliendo de una habitación.

-Lo sé, pero se que te molesta así que es divertido -soltó ella y ambos rieron.

-Soy Liam-dijo sonriendo.

-Skyler, pero puedes llamarme Sky- dije y le devolví la sonrisa.

Elisabeth y Liam me ayudaron a tumbarme en la camilla y él revisó mi tobillo.

-¡Vaya! No tiene muy buena pinta. -dijo mirándolo con el ceño fruncido-¿Como te lo has hecho?

-Me caí al bajar de un árbol...

Me miraron e intentaron aguantar la risa pero apenas lo conseguían y yo estaba muerta de vergüenza.

-Eso si que es mala suerte -dijo calmándose - Pero estas en buenas manos.

Liam me puso una mezcla de hiervas raras que olía fatal, colocó ambas manos sobre mi tobillo y cerro los ojos. No sabía que estaba haciendo y mire a Elisabeth que parecía aburrida y al ver mi expresión me sonrió para que estuviese tranquila.
Abrí los ojos como platos al ver que de las manos de Liam salia una especie de luz azulada que se fue apagando poco a poco.
Los miré estupefacta y ellos volvieron a reír.

-¿Como has hecho eso?-pregunte girando mi tobillo que parecía estar en perfectas condiciones.

-Ese es mi don nena-dijo volviendo a reír y me giño un ojo.

-Para el carro Romeo y deja a la pobre chica en paz.

-No te pongas celosa, sabes que solo tengo ojos para ti Lizzie.-dijo en tono meloso y se le acerco poniendo morritos.

-¡Puaj, quita!-dijo asqueda empujándole, pero con una pequeña sonrisa.

Me da a mi que estos tienen algo pero me quedo callada observando y riendo con sus ocurrencias.

-Bueno nosotras nos vamos y gracias por tus servicios Liamcito. -dijo Liz burlona.

-Un placer como siempre, señoritas.-dijo él siguiéndole él juego y haciendo una reverencia.

Salimos del lugar camino de mi habitación.

-¿Como hizo eso?

-¿Te refieres a lo de tu tobillo?-pregunto y asentí.

-Eso es lo que hacen los sanadores o como antes se les llamaba, curanderos.

- Pero James solo me hablo de los visioners, los telepatas y los protectores.

-Ya bueno... Ellos como has visto también tienen capacidades pero los cazadores no los consideran una amenaza así que los únicos que peligramos somos los demás.

-Vaya...

Seguimos caminando y me había percatado de que la gran mayoría de las personas de aquí eran niños o adolescentes y apenas un par de adultos.

–Liz,¿por que aquí solo hay niños y jóvenes?

-Ah eso...- se rascó la nuca algo incómoda apartando la vista- Verás, la mayoría aquí son huérfanos o han tenido que abandonar a sus familias para que estuviesen a salvo...

-Oh... Lo siento no lo sabía.

-Tranquila, estamos acostumbrados. A veces se les echa en falta pero nos tenemos los unos a los otros y somos como una gran familia. Aquí todos cuidamos de todos.

-Vaya, eso es bastante bonito.

-Lo se- dijo con una pequeña sonrisa y parando de andar- Pues ya hemos llegado.

Me gire y vi una hermosa cabaña de madera con las paredes blancas, la puerta negra y un pequeño porche.

-¿Esto es solo para mí?

-Toda tuya chica-dijo riendo- si necesitas algo estoy un par de cabañas a la derecha.

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