Seguía sin reaccionar y él volvió a hablar.
—Eres Skyler, ¿cierto?—yo solo asentí sin saber que decir— Bien, necesito hablar con tus padres, así que si me dejases pasar en lugar de quedarte en la puerta como una estatua sería de gran ayuda. No tenemos mucho tiempo antes de que ellos vengan.
—No tienes por que ser tan grosero. Y están en el salón, la segunda puerta a la derecha.—dije señalando con la cabeza en esa dirección y apartándome de la puerta.
Asintió mirando el interior de la casa desinteresadamente, caminando hacia el salón, conmigo pisándole los talones.
—Buenas noches señores Evans.
—¡Oh James!— dijo mi madre levantándose del sofá— ¡Cuanto has crecido cariño!
—Tiempo sin verte muchacho— dijo mi padre estrechandole la mano.
—Espera, espera, ¿os conocéis?— pregunté confusa.
—Sí. Cuando eráis pequeños jugabais en el patio trasero, hasta que él se fue al campamento. ¿No lo recuerdas?—los miré incrédula.
—Pues es evidente que no.—dijo James burlonamente abandonando por un momento su postura seria.
Lo fulmine con la mirada y me giré de nuevo hacia mis padres.
—¿Y que se supone que debo hacer ahora?
—Nos iremos ya.
—Nos veremos pronto cariño— dijo mi madre abrazandome por décima vez esta noche.— Y cuida de ella James, confiamos en tí.
Nos volvimos a abrazar una última vez antes de irnos. Cerré la puerta de casa y me giré hacia James.
—¿Y dónde está ese campamento al que vamos?
— A unos cuantos kilómetros.— dijo sin mirarme.
Le seguí hasta llegar a un coche totalmente negro.
—¿Es tuyo?
—No, es prestado. Haremos la mayor parte del camino con él y el resto lo haremos andando.
Abrió la puerta del coche y ni siquiera espero a que me subiese para ponerlo en marcha. Su actitud me ponía de mal humor, pero suponía que el sentimiento era mutuo así que decidí callarme y dormir.
***
—Despierta—dijo James zarandeandome— Voy a echarle gasolina al coche, así que baja y haz lo que tengas que hacer. Aún falta un poco.
Asentí y baje del coche. Entre al baño e hice mis necesidades y después compré algo de comer para el resto del camino.
Al salir encontré a James apoyado en el capó del coche esperándome y a un par de chicas a lo lejos deborandolo con la mirada. Se veían realmente patéticas, aunque de cierto modo las entendía, James era realmente guapo y su actitud le hacía verse misterio y atrayente, aunque seguia siendo insoportable.
Me pilló observándole y no pude evitar sonrojarme. Desvíe la mirada a otro lado y me subí al coche sin mirarle. Me moría de vergüenza y no por que me hubiese pillado porque no era la primera vez, sino la mirada que me dió.El resto del camino lo pasé mirando por la ventana o tarareando alguna canción que se me pasaba por la mente.
Llevábamos más de media hora cuando el coche paró.
Me giré hacia James y vió mi expresión confusa así que habló.— Lo que queda de camino lo haremos andando. Sería peligroso ir en un vehículo, que nos siguieran y encontrasen el campamento.
—¿Está muy lejos ese campamento?
—Lo suficiente para no ser encontrados.
Bajamos del coche y al salir me percaté de que había aparcado en frente de una pequeña cabaña.
—¿De quién es esto?
—Un viejo amigo y el dueño del coche.
Cogimos nuestras cosas y nos adentramos en el frondoso bosque. Tenía pinta de ser un camino muy largo así que pensé que sería buena idea conocer un poco mejor a mi compañero gruñón.
—¿Y tú desde cuando sabes lo de tu “don”?
— ¿Para que quieres saberlo?
—Curiosidad
Me encogí de hombros y el giró levemente su cabeza para mirarme y volver la vista al frente.
—Desde que nací — dijo casi en un susurro.
—¿En serio?—pregunté y él asintió con un sonido nasal.
—¿Y cómo es que nos conocíamos?
—Eres demasiado preguntona—dijo burlón y volvió a ponerse serio—Fue por tu abuela.
—¿Mi abuela?
—Sí, ella ayudó a mucha gente como nosotros. Me dió un hogar durante un tiempo hasta que me llevó al campamento. Fue por eso que a veces ella iba a visitarte y yo junto a ella.
—¿En serio ella hizo todo eso?
—Sí, incluso fue una de las fundadoras del campamento.
—¡Es increíble!. Me habría gustado llegar a conocerla. Murió cuando yo era muy pequeña.
—Lo sé.
—¿Cuál es tu don?
—El mismo que le tuyo. Solo hay tres, estamos nosotros los llamados visioners, los telépatas y los protectores.
—Vaya, eso mola bastante.
—Silencio.
—¿Que pasa?
—¿Has oído eso?
—No.
—Están aquí.
—¿Quiénes?
—Cazadores. ¡Corre!
James cogió mi mano y empezamos a correr sin parar. Frenó y señaló la copa de un árbol.
Con cuidado e intentando no hacer ruido lo escalamos.
Estábamos demasiado cerca el uno del otro, incluso podía sentir su respiración cerca de mi cuello erizandome el vello.Desde arriba pudimos ver pasar a los cazadores muy cerca. Cuando no hubo ni rastro de ellos bajamos, pero antes de llegar al suelo tropecé y caí.
—¡Auch!
—¿Estas bien?
—No, creo que me lo he torcido.
James suspiro y se me quedó mirando unos segundos. Se dió la vuelta y se puso frente a mí .
—¿Qué estas haciendo?
—Sube antes de que me arrepienta. Queda poco para llegar y no podemos quedarnos aquí.
Con cuidado subí a su espalda, cogió mis muslos y me sujetó con fuerza poniendose en marcha de nuevo.
Llevábamos ya un rato andando cuando escuché unas risas. Al levantar la cabeza del hombro de James vi a un par de niños correteando cerca de un montón de pequeñas cabañas de madera realmente hermosas que supuse pertenecían al campamento.
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Visions
FantasyQuién iba a decirme que al cumplir la mayoría de edad mi vida cambiaría completamente y no en el mejor de los sentidos... Mi nombre es Skyler Evans y puedo ver fantasmas.