2. Resaca y recuerdos.

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Me desperté con un horrible dolor de cabeza, así que me levanté con cuidado de no despertar a Lena y fui en busca de un par de pastillas y agua para el dolor.
Me dirigí a la cocina y me tomé la pastilla y un buen trago de agua. La otra la lleve a la habitación junto con otro vaso de agua para cuando Lena despertase y me fui a dar una ducha.
Encendí el grifo, me desvestí y me metí bajo el chorro de agua helada. Me quedé un rato más dentro intentando recordar que ocurrió ayer y a mi mente volvió la imagen de Max y Amber. La ganas de llorar me invadieron por unos segundos pero me negué a dejarlas salir, ese idiota no merecía mis lágrimas.
Seguí recordando cosas pasadas la noche anterior y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Aquella voz susurrando cerca de mi oído hacía que se me helase la sangre con tan solo recordarlo. Lo más extraño es que aquella voz no pertenecía a un hombre como el anterior dueño de la casa, si no que más bien parecía la de una niña. Decidí que era mejor dejar de pensar en ello y salí de la ducha y del baño luego de secarme y vestirme.
Al volver a la habitación Lena ya estaba despierta con una mueca en la cara mientras se tomaba la pastilla que le había dejado en la mesita de noche.
Luego de beber agua y tragarsela me miró y me indicó con la mirada que me sentase a su lado.

—¿Me dirás que sucedió ayer?—preguntó mirándome con algo de lástima.

Sabía perfectamente que se había enterado de lo que había pasado y que lo único que quería saber era si estaba bien.

—Estoy bien.

—No te creo.

—De acuerdo—dije después de resoplar—estoy dolida por lo que ha pasado pero no voy a dejar que me afecte. Es un idiota y no pienso sufrir más por eso, solo intentaré olvidarlo y ya.

—Esta bien, sabes que estoy aquí y te ayudaré a lo que sea.—dijo para luego darme un abrazo.

—Claro que lo sé. Eres la mejor amiga del mundo y no te cambiaría por nada.

—Bueno ya vale de ponerse sentimentales.—dijo para después soltar una risita seguida por mí.

Seguimos abrazadas unos segundos más y después nos dispusimos a desayunar. La verdad es que me acabo de dar cuenta de que moría de hambre.

Preparamos algo de café y tostadas para luego limpiar el desastre que dejó la pequeña fiesta.

—¡Vamos de compras!— soltó de repente Lena.

—¿Qué?

—Vamos Sky será divertido, además necesito ropa nueva para estas vacaciones y tu también—dijo entusiasmada luego de mirarme de arriba a abajo y negando.

—¿Qué le pasa a mi ropa?—pregunté mirándome a mi misma.

Llevaba puesta una camiseta negra holgada y unos pantalones cortos de hacer deporte.

—Bueno digamos que no es lo más bonito del mundo y ahora estás soltera así que vamos a hacerte un cambio de imagen y que ese idiota se de cuenta de lo que ha perdido.

Lo medité durante unos segundos y en realidad no era tan mala idea. Además faltaba una semana para mi cumpleaños y que mejor que un cambio para celebrar que soy mayor de edad y pronto iré a la universidad.

—Esta bien—dije finalmente con una sonrisa y ella pegó un gritito para después saltar encima de mi y abrazarme.

—Ya verás que bien nos lo vamos a pasar y quedarás como nueva.

***

Ya estábamos en el centro comercial y Lena se había comprado montones de ropa que llevaba cargados yo . Empezaba a pensar que me había arrastrado hasta aquí solo para llevar sus bolsas.

—Estoy cansada y tengo hambre podemos parar en algún sitio—dije irritada por llevar más de una hora de tienda en tienda.

Me miró unos segundos y después asintió.

—¿Vamos a por un helado?

—Eso ni se pregunta.¡Vamos!— dije entusiasmada y ella soltó una risita para después seguirme.

Después de tomar el helado seguimos con las compras pero esta vez eran cosas para mí. En su mayoría las cosas que Lena escogió eran escotadas, cortas y ajustadas sin mucho que dar a la imaginación, pero después de discutir durante unos minutos accedí a probarme los que parecían medianamente decentes. Sinceramente no quedaban tan mal como pensaba, incluso me veía sexy.
La última prenda que me quedaba por probarme era un vestido negro corto ajustado hasta la cintura, con el escote en forma de corazón adornado con pedrería y un poco de vuelo en la parte de abajo. Era realmente hermoso.
Al salir nos llevamos la mayor parte de la ropa que me había probado y el vestido. Todo lo había pagado Lena según ella como regalo de cumpleaños y solo accedí porque ya se lo devolvería en algún momento.

Lo siguiente que hicimos fue ir a una peluquería para que nos hiciesen un cambio a las dos.
Lena se cortó un poco las puntas y después se las tiñó de azul eléctrico y a mí me cortaron el cabello por encima de los hombros y me lo tiñeron entero de un castaño rojizo. El resultado era increíble y el cambio espectacular.

Después del largo dia de compras Lena me llevó de vuelta a casa y me dijo que me recogería a las nueve para ir a una fiesta.

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