Después de haber hablado con Liam, salí de su cabaña, decidido a cumplir mi promesa y encontrarla, para protegerla con mi vida, si era necesario.
Por el camino hacia mi habitación me encontré con varios compañeros que me saludaban sonrientes, entre ellos, al enorme pelirrojo que conseguía plantarme cara y subirse al cuadrilátero conmigo.
Aunque la mayoría de las veces yo salía vencedor, su cabezonería y su valentía eran un soplo de aire fresco y por lo que se había convertido en un gran amigo a lo largo de los años.—¿Te apuntas a unos guantes?—dijo el pelirrojo de brazos cruzados— Esta vez voy a ganarte, he estado practicando.
Le devolví la sonrisa, pero negué, no tenía tiempo que perder y me esperaba un largo viaje.
—¿Qué pasa, gallina? ¿Tienes miedo a perder?
—Hoy no, Arthur. Tengo una misión que cumplir.
Lo dije tan serio que él solo asintió y siguió su camino, no sin antes darme un apretón en el hombro a modo de apoyo.
Al llegar a mi cabaña, cogí la mochila que guardaba debajo de la cama y la que tantas veces me había acompañado en mis viajes.
Metí ropa suficiente para unos cuantos días y bastante agua con algo de comida para sobrevivir.
Cuando estuvo todo listo me acerqué a la pequeña caja fuerte que guardaba al fondo del armario y cogí un par de billetes que guardábamos para nuestras misiones.
Al terminar y asegurarme de que no olvidaba nada importante, salí y cerré la puerta con llave, guardandola después en la mochila junto al resto de cosas.
...
La noche había caído y aunque pudiese parecer peligroso, para los que eran como yo, resultaba ventajoso, ya que podíamos desplazarnos con mayor facilidad sin ser cazados.
Me llevó casi dos días llegar a mi destino a pie.
No sabía dónde la encontraría ni cuánto tiempo me llevaría hacerlo, por lo que tenía que encontrar un lugar donde pasar las noches.Deambulando por la pequeña ciudad,
encontré una casa que parecía estar abandonada, pero en el suficiente buen estado como para que no se me cayese encima mientras dormía.Entré en la casa con el mayor sigilo intentando evitar que los vecinos llamasen a las autoridades por un posible allanamiento.
El interior estaba lleno de polvo y telarañas, pero nada que no pudiera soportar.
Subí a lo que parecían ser las habitaciones con la suerte de encontrar una pequeña cama.
Después de acomodar mis pertenencias decidí dar una vuelta por la casa que parecía ser mucho más grande de lo que pensaba.
Había algunos muebles, la mayoría deteriorados por el tiempo.
Mientras que algunas habitaciones estaban intactas, otras parecían no haber sido habitadas nunca, estando completamente vacías.
Se hacía tarde así que volví a la habitación y saqué algo de comida para cenar antes de intentar dormir.
....
Desperté con el sonido de los pájaros y gracias a la poca luz que entraba por la ventana.
Era la primera vez en meses que conseguía dormir sin tener pesadillas y lo atribuí a lo cerca que estaría de ella.
Levanté del suelo y me acerqué a la mochila. Necesitaba una ducha y algo de comer por lo que cogí un poco de dinero dispuesto a buscar alguna cafetería en la que poder desayunar y entrar al baño para asearme un poco, realmente apestaba.
Justo cuando estaba terminando de cambiarme de camiseta sentí una extraña fuerza que me empujaba fuera de la casa.
Confundido y algo desorientado me acerqué a la ventana, encontrándome con una hermosa chica que parecía tan aturdida como yo.
Mi corazón empezó a latir fuertemente y entonces lo supe.
La había encontrado, había encontrado a la pequeña Skyler... O más bien parece que fue al revés.
—Prometo cuidar de ti...— susurré antes de verla marchar.
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Visions
FantasiaQuién iba a decirme que al cumplir la mayoría de edad mi vida cambiaría completamente y no en el mejor de los sentidos... Mi nombre es Skyler Evans y puedo ver fantasmas.