Capítulo 3

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-Tierra-

Linda

Continuo ayudando a mi madre con las plantas del jardín. Ella siempre me ha dicho que tengo buena mano para estas cosa, yo tampoco lo niego, desde niña amo la naturaleza y eso es algo que nunca cambiaré.

Mi madre me dice que irá por tierra en el cobertizo y yo le sonrío en señal de que no se preocupe por las plantas, tampoco es como si fuesen críos y se irán corriendo.

Hago un agujero en la tierra y meto dentro de este una semilla de girasol. Lo cubro nuevamente con la misma tierra que había apartado y sacudo mis manos una contra otra para quitar los rastros de tierra.

Veo que estas no sólo sueltan la tierra que se había pegado en mis manos, sino que también unos pequeños destellos de diferentes colores.

Me dejo caer hacia atrás y observo el sitio donde cayeron los partículas extrañas.

Al ver que no pasa nada me digo a mi misma que estar bajo el sol mucho tiempo me esta comenzando hacer daño.

Me levanto del suelo y camino en dirección a la casa.

Escucho unas pequeños sonidos en mis pies y miro los mismos brillos de antes. Me volteo y veo anonada como unos brillos completamente visibles brotan de mis pies.

Estaba a punto de gritar pero la maleza de la tierra se levantó y me tapó la boca.

A pesar de que sé que no me escucharan grito lo más fuerte que mi garganta me permite asustada.

Me alejo de la maleza lo mejor que puedo y me tropiezo con algo.

Caigo de rodillas al suelo y veo cómo unas raíces me amarraran por los tobillos y tiran de mi cuerpo, haciéndome quedar boca abajo y mi rostro en dirección a donde antes había plantado el girasol.

Dicha flor esta creciendo impresionantemente, a una velocidad para nada normal en una flor común.

Las chispas que salieron de mis pies también hicieron su efecto, puedo ver como unos tulipanes salen por donde yo he pisado

Abro la boca para gritar pero nuevamente la maleza me la cubre.

Escucho pasos detrás de mi y yo me remuevo como un gusano para soltarme, conociendo mi suerte esta situación empeora y descubro que esas pisadas son de unos delincuentes.

Me volteo y veo a un chico con el cabello en algunas partes azules y unos hermosos y envidiables ojos del mismo color.

Trae a una chica entre sus brazos, ella tiene el cabello castaño, aunque parece también que tiene partes rojas. No logro ver sus ojos ya que parece estar dormida -o quizás el chico de ojos azules es un delincuente y la ha secuestrado- y veo que trae una especie de rama sobre ella.

El chico mira las raíces y la maleza que no me permite hablar y sonríe.

¿¡Qué ve él de divertido en esta situación!?

Trato de mantener la calma y le dirijo una mirada de ayuda y él parece entender.

Mira la maleza y parece que le entiende ya que esta se aparta de mi boca. Hace lo mismo con las raíces y yo me levanto de la tierra.

El hace una burbuja de agua con su mano y yo abro exageradamente mis ojos.

—¡MADRE! —grito a pesar de que se que no me escuchara. El cobertizo esta del otro lado de la casa.

El chico pone la burbuja en mi cabeza y yo aguanto la respiración.

La burbuja de agua de seguro se veía como un casco de los que usan los jinetes del reino que no quieren que sepan su identidad, sólo que esta en vez de  dejar que me llegue aunque sea un poco de oxígeno me lo quitaba.

Los Cuatro Elementos [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora