Capítulo 12

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-Desconocidos-

Laura

Abro mis ojos y veo que a mi alrededor no había nada, me encontraba sobre una pequeña cama y la única luz que entraba en la habitación era a través de una pequeña ventana.

Trato de levantarme pero sentía que todo el cuerpo me pesaba.

Trato de levantar un poco la cabeza y ver si algo me esta sujetando, pero nada. Mis manos no están atadas y mis pies tampoco.

Mi mente le ordena a mi cuerpo moverse pero es como si las indicaciones que le envío únicamente las recibe de mis hombros para arriba.

Giro mi cabeza en dirección a la puerta al escuchar que la están intentando abrir.

La puerta se abre lentamente provocando un horrible chillido.

Una mujer algo mayor aparece detrás de esta y me sonríe de medio lado.

—Hola, veo que ya despertaste — me sonríe como si nos conociéramos de toda la vida y estaba apunto de pedirle una explicación pero parece que ella lee mi mete ya que me lo dice al momento — ¿aún no te puedes mover? Lamento mucho eso, encontré tu cuerpo tendido cerca de un lago por la parte sur del bosque. Tuve que dormir tu cuerpo por un tiempo, no te preocupes, es solo temporal. Es que al principio no estaba entre mis planes el dormir tu cuerpo pero luego pensé que podrías escapar y no me abría perdonado el no haberte dado una explicación. ¿Recuerdas que hacías en el bosque?

Hago un esfuerzo por negar con mi cabeza y ella tuerce los labios.

— ¿Dónde estamos? — logro articular después de varios intentos. Mi voz sonó rasposa y ronca.

— En mi casa, te he traído porque no portabas nada con lo que identificarte y siendo sincera nunca en mi vida te había visto.

Suelto un suspiro de alivio, no querría por nada del mundo que se enteren que sobreviví al accidente del incendio.

— ¿Cuál es tu nombre? — me mira con curiosidad y yo me pongo nerviosa.

— Mi nombre no es importante — le hablé rápidamente y ella vuelve a torcer los labios — ¿podría decirme cuánto tiempo estaré en este estado? — con mis ojos hago referencia a mi inerte cuerpo.

Ella pone una mano en su mentón.

— No sabría decirte con exactitud, quizás pronto ya logres mover alguna extremidad — se encoge de hombros y yo dejo escapar un suspiro —¿quieres algo de comer? Preparé unas galletas y a mi parecer te encantarán.

Estaba a punto de negarme a aceptar la comida pero el sonido de mis tripas me delata y no puedo evitar que el rubor se apodere de mis mejillas, sonrío avergonzada y ella me sonríe amablemente.

—Ya te las traigo — se va casi corriendo de la habitación.

— ¡Gracias! — le logré agradecer rápidamente antes de perder de vista a la mujer.

Trato de moverme pero mi cuerpo continua sin responder a mis indicaciones y suelto un bufido de frustración.

Me quedo viendo la puerta esperando que la mujer regrese pero al parecer no muestra señales de vida

Los minutos pasan y me muerdo el labio inferior algo nerviosa.

Abro la boca para preguntar si todo esta bien, pero la cierro inmediatamente al ver a un chico colocarse en el marco de la puerta con una bandeja de galletas y lo que creo un vaso de leche.

«Y que tal si están envenenadas»

No seas maleducada, esa mujer es demasiado amable como para envenenar a alguien.

Los Cuatro Elementos [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora