Capítulo 20

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-Una pequeña visita real-

Steven

Cuando intentamos separarnos del abrazo los cuatro chocamos nuestras cabezas.

—¿Qué les sucede? Sepárense por Dios.

—¡Los collares se volvieron a unir! —nos dice Linda mientras sacude su cadena —Diego, sepáralos me duele el cuello.

Escuchamos como tocan tres veces la puerta de la casa y todos miramos la puerta alarmados.

—¡Sepáralos! ¡Ya! — digo mientras miro la puerta asustado.

—¡Soldados reales, abrid la puerta! —nos gritan desde afuera.

Diego toma la cadena y empieza a hacer cosas raras.

—¿Qué haces? ¡Solo suéltalo! —le regaña Laura.

—No recuerdo tan bien cómo hacerlo —se defiende mientras escuchamos como vuelven a tocar con más fuerza la puerta.

—¡Tienen 10 segundos para abrir la puerta o la derribaremos!

Diego hace un movimiento rápido con sus dedos y los collares se separan, empujándonos a todos en direcciones contrarias.

Laura le lanza las llaves de la casa a Linda y ella se levanta de golpe y abre la puerta con la respiración acelerada. Rápidamente me acerco a ella y la pongo detrás de mi.

Los soldados se adentran a la casa y examinan cada detalle que ven. Diego y Laura ya se habían levantado. Linda le lanza las llaves a Laura en un rápido movimiento y Laura las guarda.

—¿Cuántos viven aquí?

—Solo nosotros cuatro —le responde Laura antes que nosotros.

—¿De dónde vienen?

—Del Valle Del Manantial —le respondo yo.

—¿Tienen los registros que lo comprueben?

—No señor —responde Linda al ver que ninguno responde.

—¿Cuál es la relación de ustedes?

—Hermanos —decimos los cuatro.

—Correcto, ¿dónde están sus encargados?

—No tenemos padres, nunca conocimos a... el padre y nuestra madre.... murió —lo dice Diego algo nervioso.

—Claro.... necesitamos que regresen a su pueblo por su registro y...

—Nunca nos registraron —le dice Laura —nuestra madre nunca realizó el proceso y murió cuando nosotros teníamos 12 años.

— ¿Son cuatrillizos? —nos pregunta otro soldado mientras arquea una ceja, listo, nuestra mentira se fue a la borda.

¿Cómo no pensamos en eso?

—Mhm si —responde Diego —cuando nuestra madre murió nos criamos en el bosque Del Valle Del Manantial. Nadie sabía que existíamos, después de mucho tiempo decidimos venir aquí.

—Muy bien, apunten sus nombres en el papel. Mañana por la mañana vendrán al sector del castillo a registrarse. Los quiero temprano: un minuto tarde, un minuto de tortura. ¿Os a quedado claro? Los quiero a las 5:00 am.

Los Cuatro Elementos [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora