Capítulo 6

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-El joven Príncipe-

Laura

—¿Y qué se se supone que haremos? —comentó Diego tirando de la cadena de su cuello para que los collares se separen, interpretando a su vez muchas muecas de disgusto y de dolor.

Después de que los collares se unieron no hemos logrado separarlos, sé que quizás suena ridículo, pero ya lo intentamos de todas las formas posibles.

—¡Hasta aquí ha llegado mi paciencia! —la voz de Linda retumba por el lugar —si el collar no se suelta es por algo, trabajaremos en equipo, ustedes caminaran de espaldas —señala a Steven y Diego —nosotras de frente, ustedes nos avisaran si hay peligro detrás nuestro y nosotras haremos lo mismo con ustedes.

—¿Quieres que caminemos kilómetros de este modo? —dice Steven de manera negativa. Viva esa aura de positivismo que lo rodea.

—Si —se encoge de hombros Linda —al menos yo si he logrado dar una buena respuesta ante la situación, no como tu que casi rompes el collar con una roca.

Steven pone los ojos en blanco y le mira con fastidio.

—¡Ya! —detiene Diego la discusión —¿a dónde vamos a ir ahora?

–Al principio tenía planeado ir al pueblo por provisiones, hasta que esto pasó —hablé mientras apuntaba molesta el collar.

Linda analiza la situación y se queda mirando el cielo, como si las nubes le fueran a dar una interesante solución.

Steven se acerca a mi oído y me susurra.

—¿Es normal esta clase de actitud en ella? —él habla lo más bajo posible y yo no puedo evitar reírme.

Linda me mira sin comprender mis risas y Diego me mira con cara de interés.

Cuando ya me logro controlar miro a Lin directamente a los ojos.

—¿Dónde crees que podamos conseguir atuendos y pelucas? —y como si esas simples palabras fuesen mágicas los chicos nos miran con terror y nosotras dos nos dirigimos miradas confidentes.

(...)

—¡No usaré una peluca! —Diego tira nuevamente la peluca al suelo y le dirijo una mirada de cansancio, en serio estoy a un paso de quemarle si sigue negándose.

—¡Entonces iremos al pueblo nosotros tres vestidos como campesinos y tu con tus mechas azules llamando la atención! —grité lanzándole la peluca al pecho y él la atrapa velozmente.

Parece que mis palabras hacen click en su cabeza ya que sin más quejas se la pone y trato de disimular mis risas.

Sin por ser evitarlo Lin explota en carcajadas y yo le sigo.

Diego nos fulmina con la mirada y yo pongo mis manos en mi estomago tratando de no morir a causa de mis risas.

—No te preocupes Diego, te ves muy lindo de rubio —le dice Lin y los tres nos reímos como si nuestras vidas nos fueran en ello.

Él nos da un golpe a cada uno y ya nuestras risas se acaban.

Lin y yo nos vestimos por encima de nuestras ropas como simples campesinas, es decir, no es algo así como que nos tengamos que vestir de una reina.

Vestirse fue de lo más complicado ya que teníamos los collares juntos, intentamos pasar las cadenas por nuestras cabezas, pero al parecer los hicieron de tal forma que no se pudiesen quitar. Además de que tenemos adherida la ropa, sin quitar el hecho de que Diego y Steven no tienen las mentes más sanas del planeta.

Los Cuatro Elementos [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora