Capítulo 14

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-Hora de la búsqueda-

Laura

—Hey — siento cómo alguien me zarandea y yo le doy la espalda a esa persona — ¿no piensas salir de tu hibernación?

— No estoy hibernando —suelto un bostezo — esta es la pre-hibernación.

Escucho una carcajada y una sonrisa se posa en mis labios involuntariamente.

— Te ves linda cuando sonríes —escucho como alguien me habla al oído y en ese momento es cuando mis sentidos reaccionan.

Me levanto de golpe y choco mi cabeza cabeza contra alguien, levanto la vista para ver el causante de mi golpe.

Ah, es el hijo de la mujer.

—Agh —se queja —¿no podías levantarte de una manera menos intensa?

—¿No podías despertarme de una manera más normal? Como por ejemplo: no invadiendo mi espacio personal, ¿te suena?

Él rueda los ojos y se levanta de la orilla de la cama.

— Iba a decirte que bajaras a comer pero creo que le diré a mi madre que no tienes hambre —me sonríe con malicia.

—Bien, ahora entiendo porque tu madre me dijo que si te habías puesto de insoportable conmigo —le devuelvo la sonrisa y él me quema con la mirada.

— Bien, hagamos tregua —se encoge de hombros como si no hubiésemos estado a punto de atacarnos como animales.

— Como quieras — le resto importancia y miro mi cuerpo.

«Intenta pararte, ¿o piensas hacer una pijamada con el mocoso este?»

Me levanto como suelo hacerlo siempre aunque con la diferencia de que siento calambres por todo mi cuerpo. Rápidamente me siento en la orilla de la cama y sujeto mi cabeza con ambas manos, sentía que en cualquier momento me iba a reventar como si fuese una piñata, con la diferencia de que de esta piñata no saldrán precisamente dulces y serpentinas.

Él me mira curioso.

— ¿Estas bien? Te ves algo pálida.

— Estoy bien —le espeté y algo me dice que mi tono de voz salió demasiado fuerte. Carraspeo un poco — ¿bajamos? Entre más rápido se termine la comida más rápido me voy.

Él asiente y sale de la habitación.

Voy unos pasos detrás de él y veo que algunas veces me mira por su hombro para poder ver si lo sigo.

— Relájate, no pienso saltar por la venta y huir. Que me encontraran tirada en el bosque no implica que sea una incivilizada.

— No te estoy observando, estoy observando al chico detrás de ti —me dice y yo volteo rápidamente mi cabeza y no veo a nadie.

Rápidamente se escuchan sus carcajadas por todo el lugar y veo como se muere de la risa mientras sujeta su estomago.

— ¡Eres como un niño! —busco algo que tirarle pero no encuentro nada. Bajo mi mirada y veo la alfombra — ya verás —sonrío con malicia y me agacho velozmente.

Él mira mis intenciones e intenta huir, pero ya era muy tarde, tiro con fuerza de la alfombra (y cabe decir que este chico pesa bastante para verse delgado) y él cae de golpe contra el suelo.

— ¿Acaso te criaron en el bosque? —me mira molesto pero se notaba la diversión en su mirada.

— ¿Acaso sabes lo que es venganza? —mantengo una sonrisa triunfante.

Los Cuatro Elementos [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora