》Hateful Father.

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Título: Hateful Father.

Pareja: Ayato/KarlHeinz.

Rated: +13.

Tipo: Drabble.

Cantidad de palabras: 451.

Genero: Family, probably.

Advertencias/Aclaraciones: Posible ooc, spoiler's.

Sinopsis: Ayato siempre estará atado a Karl Heinz, no importa cuanto lo niegue. 

• • •

—¿Ese sujeto tuvo el descaro de venir?

El odio en esa pregunta era palpable, justo ese día, dónde  contraerá matrimonio con Yui; ¿debía fastidiar? Sabía que debió asesinarlo, pero no quería que su prometida viera aun más lo monstruoso que podía ser.

—Tsk... ¡como sea! Dile que entre, Reiji, esto no debería tomar mucho tiempo.

Y si aquello se alargaba demasiado simplemente le dejaría hablando solo, no está en sus planes dejar esperando a Yui un solo segundo.

—Ayato.—saludo el mayor de forma cortés; la tensión entre ambos era palpable—. Felicidades.—dijo, era como si pretendiera contar la tensión con un cuchillo.

—¿Eso es todo?—replicó el pelirrojo, disgustado; pudo enviarle una carta con esas palabras—. Si es así, me largo.

—Espera.—se puso en medio del menor, dejando ver una mueca—. Ayato, espero que, tu no cometas los mismos errores que yo.—dio media vuelta, como si realmente estuviera arrepentido.

Pero no era más que una farsa.

Karl Heinz ahora buscaba otros métodos para cumplir con su plan.

—No soy tú, viejo.—dijo disgustado; si llegaba a tener hijos con Yui todo sería muy diferente—. Me retiro. Yui debe estar preocupada.

—Qué rápido has madurado, antes preocuparte por alguien más era impensable, esa chica te ha cambiado, ¿no?

Ayato no tolero una palabra más por parte del mayor, sus acciones fueron tan rápidas que, sin darse cuenta, lo estampó contra la pared. Tras haberse convertido en Adan había "superado" en fuerza a su padre, por ende, el título del rey vampiro era suyo; Shū no sentía interés por ello y Reiji no era idiota como para desafiarlo.

—¿Qué demonios quieres? No creo que solo vinieras para decir esas estupideces, si le haces un solo rasguño a Yui, esta vez sí te mataré.

—Debiste asesinarme desde un principio.

—¡Aún puedo cambiar de decisión!

—¿Y que pensaría ella al respecto?

Ayato reforzó su agarre en la camisa del mayor, era una amenaza implícita, pero sería darle lo que quería.

—Sabría que lo hice por su bien.

—¿Llenaras tu traje de sangre el mismo día de tu boda? Dicen que el rojo en las bodas da mala suerte.

—¿A que viniste?

—Sólo quise venir a ser un padre ejemplar, venir a felicitarte e irme, sé lo mucho que incómoda mi presencia.

Ayato arrugó su nariz, algo no encajaba, nunca antes se preocupo por ser un buen padre; sabía que mentía más lo dejo pasar.

—Ya vete.

—Vendré nuevamente cuando nazca mi nieto, adiós.

—¡Tú...!

No termino su frase cuando desapareció de su vista, odiaba a ese hombre, no podía considerarlo un padre bajo ningún concepto.

Porque el sentimiento más fuerte que sentía hacia su padre era el odio.

Pero aún así...

Ayato siempre estará atado a Karl Heinz, no importa cuanto lo niegue. 

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