Capitulo 13

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Era un día lluvioso, las ventanas estaban empañadas por las gotas que resbalaban en estás.

Lara se estaba levantando y le calmaba el hecho de que fuera fin de semana. La escuela a veces la tenía agotada, en algunos momentos quería faltar a propósito...Pero luego recordaba la sonrisa del profesor Adrián e inevitablemente ella también sonreía.

Lara se había enamorado de él hace dos años, y justamente en un día como hoy, tantos recuerdos llegaron a su mente.

El simple hecho de ver al profesor Adrián la hacía sentir feliz, a pesar de que su amor no fuera correspondido.

Lara salió de la cama, se lavó la cara, se peino y se cambió para comenzar el día. La vida de Lara era completamente simple, al menos eso pensaba ella al sentir que la rutina podía a veces con ella, pero, últimamente las cosas habían cambiado desde que Max entró a su vida. Sentía que su simple presencia le daba algo de emoción.

Además él es el que sabe su secreto. Ella sabía que no debía confiarse de él. No podía, su pasado no le permitía confiar completamente en Max.

Pero, la voz de su padre la sacó de sus pensamientos.

-Hija, buenos días-saludó alegremente su padre.
-Buenos días, papá-devolvió Lara el saludo.

Así ambos se sentaron en la mesa y desayunaron hablando de varios temas triviales. Pero, llegó el momento de despedirse, pues el padre de Lara debía ir a trabajar.

-Bueno, yo me tengo que ir. Adiós, mi amor-se despidió su papá dándole un beso en la mejilla.
-Adiós, papá. Que te vaya bien-se despidió dándole un abrazo y devolviendo el beso.

Lara comenzó a realizar algunas labores domésticas, ya que por sus estudios y el trabajo de su padre casi nunca se daba tiempo para organizar su casa.

Cuando al fin terminó se puso a hablar con su amiga Pamela, éso la llevó a recordar cuando Pamela se enteró de que Lara gustaba del profesor Adrián. Al principio Lara pensó que se sorprendería pero ella solo le dijo «Ya lo sabía, tu cara al verlo te delata».

Dios, le avergonzaba el simple hecho de pensar que tal vez el profesor Adrián haya notado esa obviedad. Pero no podía evitarlo, deseaba estar en los brazos de ese pelinegro y ser besada por esos labios.

Habían chicas en su salón que presumían de haberse acostado con hombres mayores. A Lara le apenaba el simple hecho de oír aquello, no porque le diera pena el tema de la sexualidad, sino porque a veces se preguntaba cómo sería hacer el amor con el profesor.

Sabía que no debía pensar en aquello, pero era una adolescente y tenía curiosidad.

Ya eran las seis de la tarde y Lara se encontraba leyendo un libro, pero el sonido llamada de su celular hizo que se desviara de su lectura. Era de un número desconocido, pero aun así contestó.

-¿Aló?-dijo Lara.
-Lara, soy yo...
-¿Max?
-No, el profesor Adrián-le respondió con ironía, pero a pesar de que se comportara de una forma irritable, a Lara le agradaba.
-Jaja, muy gracioso.
-¿Qué haces?
-Leyendo un libro.
-Clásico de una nerd.
-No me molestes, torpe-le dijo Lara fingiendo un tono de molestia-¿Y tú?
-Acabo de llegar a mi casa, he estado ensayando con mis amigos, ya sabes que tenemos una banda.
-Clásico de un fresita popular.

Y así ambos conversaron de temas sin importancia, y sin duda Max había cambiado algo dentro de Lara aunque ella aún no lo sepa.

La suma perfecta( el popular y la nerd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora