La vida de Lara después de su graduación no tuvo muchos problemas. Su relación con el profesor Adrián seguía, pero aún era secreta.
Ambos aún se veían en la casa del profesor en donde numerosos encuentros pasionales se daban y promesas que sí cumplían.
Sin embargo, una vez el profesor le propuso algo nuevo a Lara. Algo que hizo que su padre se enterara.
-¿Y si te quedas a dormir hoy, amor?-le preguntó el profesor Adrián abrazándola por detrás.
-Adrián, acabamos de tener sexo-dijo la rubia.
Ambos acababan de tener relaciones hace algunos minutos y ahora se estaban vistiendo. Lara se encontraba haciendo sus trenzas de nuevo. El profesor Adrián ya estaba vestido.
Últimamente se veían poco porque Lara se estaba preparando para los exámenes para la universidad a la que quería postular. Por ende, en cuanto el profesor la volvió a ver lo primero que se le ocurrió fue satisfacer el placer. Lara también lo había extrañado.
-Si aún quieres, yo...
-No es eso, sólo quiero tu compañía... No en el aspecto sexual... Quiero tenerte más tiempo... Por lo que sé, pronto tu examen de admisión iniciará, ¿verdad? Nos vemos poco, sólo quisiera...
La rubia sonrió besando a su amado profesor, al cual ahora llamaba por su nombre. Ya no eran profesor y alumna, y eso en parte los aliviaba, pero la edad aún era un problema.
-Está bien, pero dejame volver a mi casa, recoger algunas cosas, hacer unas llamadas y me tendrás sólo para ti toda la noche-le dijo Lara guiñándole un ojo haciendo que el profesor sonriera sonrojado.
No iba a mentir. Amaba que Lara lo hicieron suyo. Ella era muy atrevida, sin embargo, por más contradictorio que sonara, aún conservaba el aire de inocencia. Para ella, si el acto sexual tiene amor es lo más puro del mundo.
-Luego dices que soy yo el que tiene mayor apetito sexual.
-Soy joven, Adrián.
-¿Me estás diciendo anciano?
-Un poco. A mí me gustan mayores...-le dijo ella rodeando su cuello con sus brazos haciendo que el mayor rodeara sus caderas.
-Lara, me haces sentir tan mal...
-¿Hice algo malo?-preguntó ella con preocupación por lo que dijo su pareja.
-No. Me siento bien haciendo esto, aunque esté mal, quiero seguir haciéndolo. Amarte. Te amo, Lara-y era cierto. El profesor era consciente de que el padre de la rubia y casi nadie sabía de su asunto.
-Yo también, Adrián. Mejor me voy, volveré más tarde. Ten lista la cena, cariño.
-¿Quieres un poco del estofado que me quedó?
-Por supuesto.
Lara se fue a su casa. Al llegar su padre la recibió algo cansado, su semana en el trabajo había sido demasiado ocupada. Lara le avisó que iría a la casa de Pamela y pasaría la noche ahí. Éste sólo asintió.
Antes de eso, Lara tuvo que llamar a Pamela para decirle que pasaría la noche en la casa del profesor Adrián. Su amiga estaba enterada de la relación de su amiga, pero aún se sentía mal por Max.
Porque sí. Aunque Max y Lara ya no fueran amigos o algo más, ella seguía siendo amiga de ambos. Max le agradaba y le era imposible no entenderlo. Sin embargo, Lara ya escogió, y él perdió.
***
-Ya vine-dijo Lara entrando a la casa del mayor. El profesor le tenía tanta confianza que le dio una copia de sus llaves. Después de todo, Lara conocía ese lugar tan bien como su casa.
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La suma perfecta( el popular y la nerd)
RomanceLara es una típica nerd, usa ropa holgada y es muy inteligente. Max es el chico más popular en su escuela y el capitán del equipo de baloncesto. Ambos se odian por un accidente en el primer días de clases, razón por la cual ni cruzan las miradas. P...