Once

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No dejo de llorar. Tengo​ los ojos rojos e hinchados de tantas lágrimas derramadas. Me parece injusto que Roldan no reconozca a su propia hermana. A su familia. Lo único que me queda, y yo lo único que le queda.

Quiero pensar que tal vez Alex me mintió, pero recuerdo su rostro inexpresivo, su voz segura de lo que decía.

No me voy a dejar engañar por un tipo que finge ser otra persona. A lo mejor no se llama Alex, a lo mejor Ian también​ tiene otro nombre. Quizás estaba protegiendo información sobre el otro refugio que él mencionó. Quizás Roldan me estaba protegiendo a mi y por eso no mencionó a su hermana. Intento convencerme de que lo último es cierto. No imagino a Roldan diciendo que no tiene familia. Por qué si la tiene, soy yo.

Pienso en mis padres, no me puedo permitir llorar por ellos, o sufrir por su pérdida. Es algo que ellos no hubieran querido. Llorar o quedarme estancada con la pérdida de un ser querido sería dejar de llevar a cargo mi vida, dejar de ver por mí y preocuparme por kilos de carne y hueso sin alma. Mi madre decía que llorar por alguien que está muerto no vale la pena, ya que no los dejamos descansar en paz. Me costó mucho imaginarme cómo descansarían en paz. Si estarían en el cielo, como ángeles. O tal vez como personas normales pero viviendo con paz. Los días ahí han de ser gloriosos. ¿Será el único lugar, después de la muerte, en donde hay paz? Yo creo no somos conscientes cuando morimos, a lo mejor se nos olvida todo.

Quisiera que el mundo fuera como el cielo, con paz. No guerras, no pecados, no maldad. Todos los días son gloriosos, alegres. Llenos de personas inteligentes, valientes, alegres, no falsas, no cobardes, no egoístas..

Pero para que todo sea posible estrictamente tenemos que tener paz interior. En nuestra mente. En nuestro carácter. En nuestros sentimientos. Tendríamos que ser personas equilibradas. Y muchas veces lo logramos, pero perdemos el equilibrio cuando algo malo sucede. Algo malo que va en contra de nuestro bienestar​, pero va con el bienestar de otra persona. Por eso nunca estaremos en paz.

Suspiro cansada. El insomnio no me ha dejado durante dos noches. No dormir me traerá consecuencias graves en el entrenamiento. La siguiente pelea es al amanecer, y no sé con quién me tocará está vez. Sólo espero que no sea con Danniel. Me dejará llena de moretones. De por sí, ya tengo uno en la mandíbula.

Me veo en el espejo del baño, no es tan grande la marca que me dejó el golpe de la pistola. Pero tiene una combinación de colores entre azul, verde y morado. A comparación de la cicatriz que me quedó el día que mis padres fallecieron. Creí que se quitaría con el paso del tiempo, pero solo a disminuído su grosor. De todos modos, es un recuerdo, un cambio del día que perdí a mi familia.

Llevo una blusa sin mangas, que deja al descubierto el tatuaje que me hice hace unos días. Nadie lo ha visto ya que no estoy preparada para la ola de preguntas y comentarios sobre la tinta en mi brazo.  No veo la necesidad de explicarle a todos que es tener espíritu, cuerpo y alma y que a su vez es pasado, presente y futuro. Sé lo que significa el tatuaje, pero  aún no le encuentro en si un significado importante en mi vida.

El pasado es claro, mi familia formó parte de él, y mi vida normal también formó parte. Fue una etapa importante, la más importante diría yo. Aquella que me formó como persona, la que me vió crecer. Una etapa que es imposible de olvidar.

El presente, podría ser que me encuentro en el refugio, con nuevos amigos y una vida diferente a como la tenía planeada. Ahora todo lo que hago es sin planearlo, por eso es que no tengo idea de lo que quiere decir mi triángulo del futuro. No hay planes. Dejo que pase lo que tenga que pasar. Mi único plan significativo es encontrar a Roldan.

Podría incluir a mi casi inexistente lista de planes la idea de saber para que exactamente estoy en el refugio y toda esa mierda de misterio de Ian, Alex y Danniel. Pero los dos primeros me han dicho que no me meta. Y eso es lo que haré, no involucrarme con ellos en su "misión imposible".

Estoy considerando la idea de hacerlo por mi parte. Pero no sé lo que tengo que hacer para entrar a la Zona Prohibida. Su maniaca puerta de seguridad con tecnología avanzada me impide entrar.

Claro que tengo entrada por el ducto, pero necesito de una silla para subir. Mi estatura no me lo permite, y si dejo la silla ahí como la última vez alguien me descubrirá. Y puede que en esta ocasión no sea Ian, a lo mejor puede ser Danniel. Entonces una bala atravesaría mi cráneo. De tan solo pensarlo la piel se me pone de gallina, un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Prefiero no pensar en morir.

Algo se me ocurrirá para ayudar.

No me pienso quedar de brazos cruzados, no soy de esa que esperan a que los demás les resuelvan los problemas. Me gusta aportar en algo, o en todo, si es posible.

Salgo de mi habitación cerrando la puerta tras de mí. No puedo dormir, pero tampoco me puedo quedar tumbada en la cama sin hacer nada. Así que prefiero caminar por todo el refugio.

Las tenues luces apenas iluminan el laberinto de pasillos. El silencio es como música para mis oídos, me tranquiliza, me relaja de una manera que no puedo explicar. El aire acondicionado que tiene aquí dentro no es lo mismo que el aire de afuera. Pero aún así nos mantiene a todos respirando.

Cuando estoy por llegar al centro del refugio, oigo unos pasos detrás de mí. Pisadas ligeras como si apenas quisieran caminar o tocar el suelo.

Me giro rápidamente, alerta de que no sea Danniel. Me da miedo aunque no debería, pero es letal. Lo sé por como mató a Luke. Por suerte me encuentro con Zoe.

-¿Me estabas siguiendo?- pregunto con aire divertido.

-La verdad es que si, apenas venía hacia al centro cuando te vi- confiesa -Todas las noches salgo de mi habitación. No puedo dormir. Ya sabes, pesadillas- me explica mientras camina a mi lado. Sonríe algo timida. Es extraño verla así, ya que siempre luce fuerte y segura de lo que hace.

-Entiendo, yo también las tengo- le devuelvo una sonrisa -Pero últimamente tengo insomnio. Siempre hay algo que no deja dormir...-

Nos sentamos hombro con hombro en la pared que está a un lado de la puerta de Zona Oscura, viendo la luna por medio del techo de cristal. P

-¿Qué es?- pregunta después de un breve silencio.

-¿Qué es qué?- me vuelvo hacia ella para mirarla.

-Lo que ocurre... Ya sabes de que hablo.- por un momento deja de hablar y parece pensarlo bien, pero después añade -La mentira de que en el exterior no hay nadie... Cuando salimos nos encontramos con tres desconocidos y ahora uno de ellos es un rescatado-

Suspiro, pensando en contarle. Pero no puedo perder la oportunidad. A lo mejor ella también sabe algo. Me sentiría mal si le cuento, tomando en cuenta que Cloe lleva más tiempo de que la conozco. Me cuido de las cámaras. No hay ninguna apuntando a nosotras, por suerte nos pusimos fuera del campo de visión. Entonces le cuento lo que sé de la Zona Prohibida, le cuento sobre Danniel asesinado a Luke, sobre la sala de vigilancia, pero omito la parte de Ian y Alex. No le cuento lo que sé sobre ellos.

-¿Sabes algo? Es tanta casualidad, ya que, mis madre trabajaba para el gobierno desde antes de la guerra.- me explica, su mirada se centra en en el suelo. -Ella un día me dijo preocupada qué estaban inventando cosas de alto riesgo que podrían no solo acabar con la humanidad, si no con el planeta.- la miro con el ceño fruncido.

-¿Qué clase de cosas acabaría con los seres vivos?-

-Le hice la misma pregunta. Y ella respondió; química, ciencia, tecnología. Es un secreto. Un secreto sobre vivir por una eternidad, y eso termina con la humanidad. Por que nos quita la humanidad y los derechos de morir como una vida normal.-




Catástrofe, El Secreto De La Vida Eterna (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora