Veinticino

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Abro los ojos lentamente, la iluminación golpea mis párpados con fuerza. Un olor extraño invade mis fosas nasales, alcohol y medicinas, detesto ese olor. No estoy en mi habitacion. El lugar en donde estoy es completamente blanco, nunca habia estado aquí, sin embargo, me resulta familiar. Alrededor solo se encuentran la camilla, una mesa que abarca el ancho de una pared con una máquina extraña sobre esta, por un momento pude considerar la existencia de una ventana en la pared frente a mi, pero no parece mas que el reflejo de los azulejos. La puerta se encuentra a un costado. 

Los hechos ocurridos el día anterior me golpean con brutalidad -literalmente- en mi mente. Me levanto con desesperación pero el cuerpo me pesa. Hay una manguerita conectada de un líquido transparente a mi muñeca. La arranco pero un hilo de sangre resbala por todo mi brazo hasta ensuciar las sábanas blancas. 

La puerta se abre mostrando a una mujer delgada y cabello rubio que no rebasa los cuarenta años de edad, vestida completamente de blanco lo cual me hace pensar que se trata de una doctora o algo similar. 

-¿Porque te quitaste eso?- pregunta molesta. Se acerca a mí y vuelve a colocar la manguera en mi muñeca con los modales mas toscos y de mala gana. 

-En el Hospital suelen ser mas amables y cuidadosos- digo con el mismo tono que ella empleó al hablar. Recuerdo los buenos tratos y la amabilidad con la que atendia Claire, sus atenciones no se comparan con las de esta mujer. 

-Abre los ojos y date cuenta de que no te encuentras en el Hospital, acepta los cambios niña- suelta mi muñeca bruscamente y se gira para salir de la habitacion. No digo nada, decido que es mejor guardar mi rabia y pensar en un plan para escapar de aquí. No puedo evitar pensar en Alex y en lo que le pudo haber pasado. 

Seguramente está muerto- Pienso, hago todo lo posible por borrar esa idea de mi cabeza, no debe estar muerto. Es fuerte y tengo esperanzas de que estará vivo. 

La puerta nuevamente se abre y esta vez entra Adib junto a Danniel y otros científicos. Siento una presion en el pecho, la sangre se drena de todo mi cuerpo y el miedo aparece de entre mis sentimientos mas ocultos. Me convenzo de que esto no es mas que una pesadilla, cuando despierte, Alex estará junto a mi. 

-Señorita Jacobs- el doctor saluda con amabilidad -Me alegra poder conocerla, aunque no por la situación en la que se encuentra. Lamento informarle que su compañero Alex Doherty no tuvo la fuerza suficiente para sobrevivir a las pruebas que sera tambien usted testigo de recibir- siento las lagrimas salir de mis ojos al escuchar las hirientes palabras, pero antes de que pueda moverme para matar a ese cruel hombre, Danniel me sujeta de las muñecas con correas a cada lado de la cama, al igual que los pies y la cintura dejándome totalmente inmovilizada. -Así que no le pido mas que se tranquilice y piense en cosas bonitas. Coopere- su tono de voz no es mas que autoritario.

-Es una lastima que el imbécil de tu amigo no haya sobrevivido al suero- esta vez habla Danniel. Sus palabras calan en lo mas profundo de mis sentimientos, raspa, arde, duele y quema la sola idea de que Alex se encuentre muerto. -No te preocupes, no fue lo suficientemente fuerte y eso no es tu culpa- llorar no es la solución, por lo que decido contener las lágrimas y pensar en otra cosa que no sea en muerte y sueros estúpidos. Se que Danniel es un mentiroso que se encarga de torturar y asesinar gente por puro gusto, por puro placer...

Mantengo la vista ocupada en una parte de la habitacion, cabe probabilidad de que James haya muerto también en este lugar. Busco las cámaras en alguna esquina del lugar con la esperanza de que Ian me vea y venga a rescatarme, pero no hay nada. Probablemente me lo merezco por no haber rescatado a James, asi que entiendo perfectamente si Ethan -quien se encuentra en la sala de vigilancia por órdenes de Ian- no quiere venir a rescatarme. Lo acepto.

Catástrofe, El Secreto De La Vida Eterna (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora