Treinta y nueve

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Cuando Ian termina de instalar la cámara en mi habitación y el ordenador en su habitación por fin nos damos el lujo de salir al bosque a disparar, como dijo Zoe.

Este día no nos quedaremos a revisar quien es la persona que ingresa a nuestras habitaciones y deja las notas. Pero lo que grabe la cámara se quedará guardado en el ordenador. Decidimos esconder ambos para que la persona no se diera cuenta, eso si es que no nos haya espiado ya buscando la cámara o llevando a cabo nuestro plan.

Al llegar al bosque, mis amigos ya se encuentran ahí. Me sorprende ver a Henry quién me mira cómplice y yo sólo le guiño el ojo como afecto de confianza. Max también se encuentra, pero el conversa con Jo y Monic. Zoe y Cloe disparan mientras que Henry lanza cuchillos.

-¿Me guardaron alguna pistola?- pregunto al ver la cantidad de casquillos regados por todo el césped.

-Ya es tarde, no hay nada- bromea Cloe disparando a un árbol.

-¿La pasaron bien?- pregunta Zoe jugando y levantando una ceja en forma de burla.

-Uf, esta chica es increíble- bromea Ian, yo le doy un codazo en las costillas al respecto -Vean su rostro, le encanta- se ríe en compañía de mis amigos.

-Si como no- respondo con sarcasmo. Nos acercamos al cajón del árbol y yo tomo una pistola, Ian se lleva varios cuchillos. Sé que ya tiene una pistola.

Me alegra ver lo bien que nos llevamos todos, aunque siento la falta que hace James, Scarlett, Ashton y hasta Ethan a quién no he visto desde que llegamos.
Los extraño tanto, cada quién tenía un rol en nuestro grupito y los pesados bromistas de Ethan y James son los que hacían reír continuamente con cualquier cosa que veían o escuchaban. Una pizca de risas es lo que hace falta, por mas intento de bromas o comentarios graciosos fuera de lugar que hagamos no es lo mismo.

-Tampoco dejaron árboles- advierte Ian al ver lo agujereados que están.

-Ven de este lado, aquí hay un árbol- invita Henry a Ian al otro lado del círculo de árboles. Yo me quedo junto a Zoe y Cloe disparando.

Al momento que vuelvo a cargar la pistola observo los lanzamientos de Ian, Henry intenta imitarlo. Todavía explica como un entrenador.

-¿Que es eso?- pregunta Cloe al ver un objeto redondo como una pelota de tenis cae desde metros atrás de los arbustos. Llama la atención de todos hasta que Ian grita;

-¡Abajo!- una bomba se detona segundos después de que Ian grita. Todo pasa tan rápido que apenas me doy cuenta de un par de gritos y noto correr a mis amigos. La explosión me deja sorda y después un pitido es lo único que escucho. Alguien me avienta al césped y me presiona cubriendome al momento que un árbol cae en el lugar que me encontraba de pie. El humo hace que todo se vuelve gris, solo las cenizas y fuego prendido en arbustos es lo único que se ve.

Ian me ayuda a levantarme y me arrastra corriendo por el bosque. Disparos aturden aún mas mis ya sensibles oídos. Apenas me recupero en cuanto noto a alguien apuntarme con un arma, una bala atraviesa mi pierna haciéndome caer nuevamente. Ian me carga con un brazo debajo de mis rodillas y el otro en mi espalda.

No entiendo lo que estoy haciendo, si tengo el suero entonces puedo sobrevivir.

Una bala alcanza a Ian haciendo que pierda la fuerza y caigamos los dos. Me levanto como puedo con la pierna sangrando y con la pistola que segundos antes tomé comienzo a disparar a varias siluetas que apuntaban con sus armas en nuestra dirección. Afortunadamente logro acabar con cinco de ellos.

-Ian- susurro al girarme a él y ver que esta sangrando en el abdomen, presiona ambas manos contra esta evitando que sangre pero es en vano. El líquido rojo sale a borbotones sin detenerse llenando toda la ropa de sangre y consigo el césped.

-Key- susurra apenas audible con la voz de dolor.

-Vamos a llevarte dentro- digo haciendo un esfuerzo por levantarlo.

Otros hombres se acercan y alcanzo a disparar solamente a dos de ellos.

-¡Suelta el arma!- ordena uno cuando noto la cantidad de siluetas al rededor de nosotros.

Entonces obedezco dejando la pistola cerca de Ian. Pero me doy cuenta que yace inconsciente en el suelo. Sus ojos se encuentran cerrados y algo en mi pecho se enciende.

Miedo

Miedo a que el suero no surta efecto y no logre sobrevivir. Miedo a perderlo.

-¡Ian!- exclamo al pensar en lo que podría pasarle si no sirve el suero al cien -¡Despierta!- ahueco su rostro con mis manos llenas de sangre y lo beso con la esperanza a que despierte. Al separarme sus mejillas tienen las marcas de mis manos con sangre. Intento defenderme golpeando a la persona que me toma del hombro. No es el único hombre a quien golpeo, me doy cuenta de que el uniforme es negro, como los soldados de Danniel. Con la pistola apunto al hombre que he golpeado en la nariz y ahora sangra empapando su uniforme negro. Con fuerza lo aprieto del cuello con el brazo y con la otra mano apunto a su cien.
-No disparen- advierto. Los soldados me miran apuntándome con sus pistolas de gran tamaño que tienen láser rojo.

Uno de ellos, blandengue y que nervioso por la forma en que tiemblan sus brazos y el arma, dispara en mi dirección pero antes de que la bala me atraviese me giro para cubrirme con mi escudo humano. El soldado cae y al instante disparo en un pie al que me pensaba matar. Cuando los balazos comienzan a hacer eco por todas partes me arrastro por el césped hasta llegar con un soldado y golpearlo brutalmente. Disparo a otros que se me acercan mientras golpeo a uno. Así, rápida y finalmente termino con todos.

No creí que sintiera adrenalina al asesinar gente mala. No se si es bueno sentir satisfacción al ver caer de uno en uno los soldados de Danniel.
Me engañé pensando en que nunca en mi vida mataría a alguien. Pero ahora me doy cuenta de lo necesario que es y solamente para defenderme.

Ahora me encuentro alejada de Ian pero aun así intento llegar a él. Pero metros antes de poder llegar un soldado corpulento sale detrás de un tronco grueso apuntándome con su arma. Lo imito y antes de que disparemos a la vez ambos nos quedamos sin balas. Aviento la pistola para lanzarme con el hombre y propinarle una patada en el torso y antes de que pueda correr me toma del cabello tirandome, escucho mi cuello romperse y mi espalda golpear contra una parte dura y con tierra en el suelo. El hombre  intenta golpearme todavía tirada con la empuñadura de su arma pero antes de que lo haga me giro hasta estar alejada y levantarme. Estoy cerca de Ian, si llego a él podré tomar su pistola.
El soldado se acerca a mi y yo corro en dirección a Ian. Una descarga acompañada de un disparo me impiden agacharme para tomar la pistola.
Siento un ardor en mi hombro derecho y cuando toco con mi mano izquierda de un agujero el liquido rojo empapa toda mi ropa.
Lágrimas salen de mis ojos debido al dolor y caigo de rodillas sobre el césped.

No puedo morir, sé que no puedo morir.

El suero hará efecto y estaré aquí para ayudar a Ian.

Entonces otra descarga y otro disparo me hacen quejarme al sentir mi abdomen arder con dolor.

Caigo al suelo y al girarme a Ian veo que sus ojos están abiertos, lágrimas recorren sus mejillas y antes de que cierre los ojos por completo una silueta que me parece familiar aparece frente a mi.

Con el arma que me ha disparado se acerca mas hasta estar de cuclillas a mi lado, el rostro de Alex es lo ultimo que veo antes de cerrar los ojos.

Catástrofe, El Secreto De La Vida Eterna (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora