Ahora que lo pienso, no creo que haya sido buena idea la historia boba y ficticia que le conté sobre R.
Supongo que eso ayudó a que todo se fuera al carajo.
Me asusta pensar que haya creído que en ese entonces quise más a R que a él, porque, por si no lo he dejado claro ya, nunca, ni antes, ni después quise a nadie con más intensidad de la que lo he querido a él.