F 2006. Parte 3. Fin

51 2 0
                                    

Algunas reglas son estúpidas. ¿Cómo jode, no?
Quién me conoce sabrá que no destaco por ser obediente, así que obviamente continué viéndolo. Decía quererme y así lo creí.  Jamás planeé una vida con alguien después de él, porque en el fondo sentía que sería faltar a mi infantil promesa.
Nuestra relación continúo hasta que descubrimos que no todos los que conocíamos guardarían el secreto, y que había más miradas de las que hubiéramos querido.
¿Qué si papá se enteró? Por supuesto. Y no fue bonito.
Como conclusión puedo decir que finalizo por la paz, no sin antes prometer que nos querríamos siempre. Bobadas.

Crónicas de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora