Las notas del piano una a una suenan mientras mi mente vuela con cada estribillo de la canción. Si bien, el tiempo pasa incansable, incondicional, indolente, yo me enfoco en seguir la música, en observar los versos escritos de mi vida y preocupado de escribir los siguientes protagonistas de mi presente y futuro.
La canción llega a su clímax, los dedos del pianista sin descanso tocan una melodía llena de melancolía, cólera y rebeldía; como si dijera que se rehúsa a perder sus sueños por personas que no valen la pena escuchar ni tolerar. Al sonar de los violines me convierto en algo efímero, infinito, sublime, me convierto en un maestro de una ópera que dirije a sus músicos, dirijiendo su propia vida.
La tonada decae al sonar de trompetas, arpas y guitarras, comienza la retirada y comienza el desmoronamiento de una velada que fue yendo in crescendo. Los bailarines de la escena somos la muerte y yo.
La muerte persigue a su objetivo que se escapa sin cesar, escapa de un destino que no quiere aceptar. A más velocidad de escape, más velocidad gana el cazador. El calendario de 12 meses se hacía poco para los participantes, una a una las hojas se iban arrancando y las notas debían ser tocadas en menos de un cerrar de ojos, si bien, todos los concursantes bailaban con quienes querían, ambos protagonistas no podían cambiar a su pareja, debían aceptarse, comprenderse y llegar a quererse.
Le preguntaba a la muerte si podía bailar un poco mas, aún tenía muchas tareas en este mundo, tenía tareas que no estaban completas y que merecían llegar a puerto, pero, en silencio me ignoró.
El día y la noche no eran mas que meros fondos para la ya desvaneciente velada. Las estrellas adornaban el bello traje de la muerte, mientras el día iluminaba mas mis ojos. En la noche la muerte podía hacer lo que le plazca y se veía hermoso, su velo la hacía ver hermosa aunque no hiciese bien los pasos, en cambio yo, torpe a los rayos del sol y aún peor en la noche. Solo quería que acabase, pero en ese momento la muerte decidió cumplir mi petición, dos semanas mas de dolor, agonía y humillación. Ese fue mi pago por querer alargar mi situación.
La función duró doce horas, para mi duró una vida y para el tiempo no fue más que un cosquilleo.
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Compilación de historias cortas
PoetryNo sé si llamarlas poemas, historias o micro cuentos. Es un compilado de unos 20 textos que he creado y que me gustaría compartir