Capítulo XVI. Mejora.

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Llegué a casa después de estar toda la tarde con Aless. El chaval compró una montaña de ropa y yo simplente unos pantalones y un par de camisetas cómodas para utilizarlas en la competición del sábado.

Me encontré con unas velas y la mesa del comedor preparada, cosa que me asustó. ¿Habría sido Elettra? Fue lo primero que pensé, no voy a mentir, pero aquello era típico de Andrés cuando vivíamos en Madrid y quería pedirme disculpas por alguna cosa. Y lo primero lo consideré mucho más probable que lo segundo, ya que Andrés se dejó esos detalles semanas después de la luna de miel.

- ¿Hola? - entré quitándome el chaqueta -. ¿Hay alguien? - revisé la casa, dejando la compra en la habitación y volví al salón.

No había nadie. Me senté frente a los platos vacíos y al rato alguien abrió la puerta.

- Hola, cariño - Andrés apareció con unas bolsas de comida para llevar y se acercó a mi dándome un beso en la frente -. Tenía la esperanza de que volvieses un poco más tarde, te quería dar una sorpresa.

Dejó las bolsas en la encimera, sacando unas cajas de sushi y me quedé pensando en si aquel sitio seguiría teniendo la esencia de Elettra porque ni había pasado el trapo desde ayer...

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- Bueno, la última vez y nos vamos - y ella sonrió, triunfal, cogiendo mi dedo manchado entre sus dientes.

Me iba a volver loca.

Cuando acabó de chupar mi dedo, la cogí por las caderas alzándola para que se sentase en la encimera que tenía a mi espalda y me rodeó con sus piernas, quitándome la camiseta mientras nos besábamos.

Cogí el bote de sirope y lo apreté en su pecho.

- Me podría acostumbrar a desayunar sobre tu cuerpo.

- Y yo a verte mientras me desayunas - me dijo apartando mi pelo para pudiese chupar el sirope que unté por su pecho.

Noté su entrepierna caliente y mojada cuando me apretó más a ella.

- No me mojes la encimera, eh - le advertí y nos reímos.

- Si lo hago, lo vas a tener que lamer tú.

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- ¿Te has quedado muda? - me preguntó y me percaté que estaba a mi lado sirviéndome la cena.

- Bueno es una sorpresa... - le miré a los ojos, sin señales de ninguna sustancia tóxica en su sistema, aparentemente - es normal que esté sorprendida.

- El ultimátum que me diste en un principio me enfureció, pero luego lo pensé mejor y - se arrodilló al lado de mi silla, pasando un brazo por el respaldo. Era tan alto que aún estando sentada y él de rodillas, nuestras cabezas quedaron a la misma altura - ... quiero mejorar, de verdad. Quiero dejar las drogas, recuperar mi entrenamiento, mi trabajo y nuestra relación.

- Poco a poco, ¿vale? - le acaricié la cara con miedo, pues no lo había hecho en mucho tiempo y él cerró los ojos sintiéndome, dejando una de sus manos sobre mi muslo, cosa que me asustó.

- Deja de tenerme miedo, ¿vale? No te voy a hacer daño.

- Vamos a cenar y a charlar, venga - él asintió y al levantarse me dio un beso en la mejilla.

Aquello iba a ser difícil, más por el miedo que tenía en el cuerpo y porque él actuaba como si nada hubiera pasado.

***
Pov Elettra

Domadora {Blumettra} AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora