Los que me seguís en Twitter supongo que habéis visto la canción que Alexandra me recomendó para hacer el baile. Y la jefa manda, así que dadle al play cuando ella lo haga.
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¿Pero cómo no la iba a tocar? Si su piel me llamaba a gritos y ella lo sabía.
Mis piernas estaban entre las suyas proporcionándole asiento. Me desataba por dentro viéndola abierta delante mío, solo quería levantarme y llevármela a la cama para probarla una y mil veces. Pero la que se levantó fue ella sin despegarse de mi, dejando su vientre a la altura de mi boca. Cuando saqué la lengua para lamer su piel, ella dio un paso para atrás, apoyó las manos en el respaldo de la silla, inclinándose hacia delante y se acercó a mi boca, mordiendo mi labio inferior.
- ¿Además de atarte, voy a tener que amordazarte? - dijo entre dientes.
- ¿Cómo esperas que te haga caso si estás irresistiblemente espectacular? - le pregunté mirándole directa a los ojos.
Nuestras miradas se sostuvieron hasta que se incorporó y se dio la vuelta dirigiéndose al baño. Sus caderas se movían exageradamente, de un lado hacia otro, golpeando el aire de sus costados como deseaba que lo hiciese con mi cuerpo. Y, por si no fuera suficiente, se agachó justo en la entrada del baño, dejándome tales vistas a su culo, a sus piernas, a su espalda curvada... Que no me pude resistir a levantarme.
Antes de llegar a donde estaba, ella ya se había incorporado, se había dado la vuelta y me estaba esperando, como si supiese que yo haría exactamente eso. No me dijo nada, solo pasó los brazos por mis hombros y me pegó a ella, permitiéndome besarla y agarrarla por la cintura.
No hubo queja por su parte: si mi lengua se introducía en su boca, ella la atrapaba con sus dientes y jugaba con mis labios; si mis manos apretaban sus glúteos levantándolos, ella metía una mano en mi pelo y tiraba de mi hacia su cuerpo. Todo eran respuestas y parecía mentira que hacer dos minutos me había estado diciendo que no me permitía tocarla.
Estaba tan pendiente de las respuestas que no me di cuenta de que volvimos al principio. Me volvió a sentar, con ella encima mío y, sin percatarme, jugó conmigo como quiso hasta que consiguió esposarme las manos detrás del respaldo de la silla.
- ¿Qué cazzo? ¿De dónde has sacado las esposas?
- De la mochila - dijo señalando la entrada del baño -. Pero estabas demasiado ocupada para darte cuenta.
- Figlia de...
- Insultándome no vas a conseguir nada. Aún encima que quería darte esta sorpresa.
- Lo siento, pero es que el día de hoy ha sido muy pesado, y más con Alyson que...
- Shh... No me hables de esa. Ahora solo estamos tú y yo.
Se levantó y del cajón del escritorio sacó mi altavoz y lo conectó a su teléfono. Le dio al PLAY y empezó a sonar una música que me estremecía todo y más con su cuerpo andando sobre esos tacones hacia mi.
- Has hecho bien en atarme, porque no se puede tener tanta fuerza de voluntad.
Se arrodilló para quitarme mis tacones y me abrió la cremallera de los pantalones, quitándomelos también. La camisa no pudo quitármela porque estaba esposada pero desabrochó los tres botones que tenía, dejándome el pecho medio descubierto.
- Ahora estamos en igualdad de condiciones - e intentó ponerse de pie, pero levanté una pierna apoyándola en su hombro para impedírselo.
- No lo estamos, tú no llevas tanga y yo sigo llevándolo - agachó la cabeza para mirármelo y se contuvo una sonrisa mordiéndose el labio.
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Domadora {Blumettra} AU
FanfictionCon pasión se gana cualquier guerra. Novela erótica. "Cada lector o lectora puede elegir con qué detalles quedarse. Sobre todo, espero que el libro le haga pasar un buen rato, y que durante el tiempo que dure la lectura no lo pueda soltar de las m...