Domingo por la mañana y no me apetece hacer nada, solo quedarme tumbada como estoy ahora.
Como mucho me levantaré para comer e ir al sofá, y del sofá de vuelta a la cama.
Los domingos por normal general es para pasarla en pijama todo el día y descansar, y no voy a ser yo la que rompa con la tradición.Me quedo en mi cama y reviso el móvil, unos cuantos mensajes veo en las notificaciones, pero uno llama mi atención. Es de Mark.
Siento no haber ido ayer Chloe. No sabía que tu novio era tan celoso.
¿Novio? ¿Celoso? ¿De qué estaba hablando?
Me levanto de la cama repentinamente provocando que la vista se me nuble de negro y ganándome un pequeño mareo.
Espero a que se me pase, y segundos después vuelvo a ver con nitidez.Llego a la sala y todo es silencio, veo a Russ durmiendo en su cama, no quiero molestarle, aunque le tenga que sacar a pasear... Jope, el paseo. Pues si voy a tener que romper con las reglas.
Me preparo el desayuno, algo sencillo, bastante sencillo diría yo para llenar un estómago, el mío ni de coña lo llena, pero ahora mismo me da tanta pereza que con un café y dos galletas me bastan.
Desayuno de pie apoyada en la isla de la cocina y mirando embobada a un punto fijo del suelo. Eso me sirve para viajar entre mis pensamientos o imaginar cosas, a veces pienso que es mejor que la televisión.
Doy el último sorbo a mi café y lo pongo en el lavadero. Más tarde pondré el lavavajillas.
Me doy la vuelta quedando de cara al salón y es que lo veo tan vacío que no sé qué hacer. Necesito a alguien más que un perro en mi casa.
Espero no estar teniendo pensamientos suicidas. Pensar que estoy tan sola que no merece la pena vivir.
Uf... Y espero que hoy no sea de esos días en los que me pongo sentimental y empiezo a filosofar. Porque me ha pasado más de una vez y siempre acabo llamando a alguien. El año pasado una compañía telefónica llamó en el momento indicado y yo escuché atenta a todo lo que decía; incluso hablé con la teleoperadora.
Eso sí que fue triste, me prometí nunca más caer tan bajo.
Me siento en el sofá a contemplar basicamente nada, solo las cortinas que cubren las vistas del balcón.
Doy un suspiro fuerte y es cuando escucho pequeños pasos rápidos hasta mí.Russ se sienta encima mío y empieza a buscar mis manos para que le acaricie. Este perrito me da la vida.
Unos toquecitos irrumpen el silencio en la sala, levanto mi vista y pego un grito acompañado de un sobresalto al ver la figura de un hombre corpulento.
—Chloe, soy yo. Devon. —Fulmino con la mirada a esa figura y me levanto a regañadientes de sofá.
Separo las cortinas para poder ver el rostro de Devon. Mi cara de pocos amigos lo dice todo, pero no le parece importar ya que tiene una sonrisa dibujada en su rostro.
Señala la ventana para que la abra, pero no creo que lo vaya a hacer, se quedará afuera.Vivo en un quinto. ¿De verdad se ha subido las escaleras de incendio?
Cierro las cortinas y me vuelvo a tumbar en el sofá. Unos pocos segundos después escucho un bufido al otro lado de las ventanas y oigo cómo la puerta corrediza se abre. Me levanto tan rápido como veo a Devon adentrarse en mi piso.
—¿Creías que me iba a quedar ahí fuera? —Frunzo mis labios y recuerdo que nunca llegué a cerrar la puerta del todo.
—Esto es allanamiento de morada Devon. Fuera, vete, no te quiero aquí. —Los recuerdos de la conversación que tuve con Nina vuelven a mí, está vez si que no me voy a dejar embaucar.
ESTÁS LEYENDO
Demandado [Venganza #1]
Romance《Me levanto y le abrazo sin más. Le abrazo porque lo necesita, porque lo necesito. Segundos después siento que sus brazos me rodean y parece aferrarse a mí. -No es justo que sea yo quien vaya a la cárcel. -Su voz apagada me mata. No puedo evitar q...