12° Te lo dije ✅

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Todo esto es una mierda. He salido para nada, Mark me las pagará.

Le estuve esperando durante media hora, y ese maldito no se dignó a aparecer.

Estoy a unas calles de mi edificio cuando escucho una voz, esa voz de la que me alejé a la mínima.

—Chloe. —Habla, parece como si estuviera cansado.

Doy media vuelta para verle, al hacerlo le veo encorvado hacia delante, ¿ha corrido?

—Porfavor. —Levanta una mano, está llena de sangre e instantes después se desploma en el suelo.

Me alarmo y corro hacia él.

—Devon. —Le llamo para ver si sigue consciente o si se ha desmayado.

Escucho un gruñido de su parte, menos mal, ya estaba pensando en que tendría que llevarle a mis espaldas.

—Vamos Devon haz el favor de levantarte, yo sola no puedo. —Otro gruñido. —Tengo que llevarte a mí casa. —Ante esto, reacciona positivamente y hace el amago del levantarse.

Una vez caminadas las calles, llegamos a mi edificio.

Me cuesta un poco subirle por las escaleras, pues soy su punto de apoyo y todo su peso está en mí.

Abro la puerta con dificultad y a paso rápido voy a al sofá y prácticamente le lanzo a él.

Suelta un quejido y yo me tapó la boca, estaba tan desesperada por quitar su cuerpo del mío que se me había olvidado que estaba herido.

—¡Ay! Perdóname. —Digo arrepentida.

—Te perdono si me das un beso. —Ruedo los ojos y me pongo a buscar algo para tapar la hemorragia.

Y me paro a pensar... Yo no tengo el típico botiquín de emergencias cómo en los tantos libros que he leído.

Alejo ese pensamiento tonto y me dirijo a mi cómoda en donde guardo las toallas.

La única que encuentro es una blanca, genial.

Lleno un cubo de agua y la pongo en remojo.

Llego al lado de Devon y veo como pequeñas gotas de sudor caen por su frente.

Pongo la palma de mi mano en una de sus mejillas y luego paso a la frente.

—Joder Devon, estas muy caliente. —Digo preocupada. Veo como se le forma una sonrisa tonta.

—Tu también estás caliente Chloe, pero concéntrate en detener la sangre.

No sé como este chico puede mantener ese humor en este tipo de situaciones, yo si fuera él estaría llorando y rogando por mi vida.

Mis manos van a la parte inferior de su camiseta, la levanto y veo un corte en un lado de su torso. No parece ser profunda, pero si sangra la capulla.

Escurro la toalla y la paso por su abdomen bastante trabajado lleno de tatuajes. Concéntrate.

Vuelvo a mojar la toalla y observo como el agua se tiñe de rojo poco a poco.

Miro el rostro relajado de Devon. ¿Se ha dormido? O ¿se ha desmayado?

—Devon. —Susurro. —¿Estás —Me voy acercando a su cara. —dormido?

Y entonces cuando le tengo a centímetros de mí, observo todo de él. Mierda, que guapo que es.

En un movimiento rápido y que no me esperaba, Devon inclina su cabeza y sus labios chocan con los míos. Pero al instante los aparta y se deja caer de nuevo en el sofá.

Demandado [Venganza #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora