Demandado [Venganza #1]

21° Un video para recordar ✅

Poco a poco voy despertando, siento los ojos legañosos, sí que he dormido bien.
La habitación está a oscuras, ¿dónde he acabado?
Palpo la cama y me topo con un cuerpo, ups, creo que he tocado un culo.

Rápidamente compruebo si llevo ropa y, efectivamente, la llevo.
¿Qué es lo que ha pasado?

Salgo de entre las sábanas de la amplia cama y una vez de pie, intento buscar mi móvil y mis zapatos. Un poco mareada, pero totalmente estable, consigo coger ambas cosas que me faltaban y salir de la habitación lo más silenciosa posible.

Cierro la puerta con cuidado y casi andando de puntillas con mis zapatos en la mano y mi móvil en otra. Cuando me doy la vuelta me llevo el susto de mi vida, aunque no lo expreso del todo, de lo contrario me escucharían.

Una niña pequeña, de unos seis años, parada delante de mí mirándome curiosa desde su baja estatura. Bastante mona, por cierto.

Me llevo el dedo incide a la boca dándole a entender de que se mantenga callada.

Cuando asiente, empiezo a caminar. Es una casa bastante grande, bajo las escaleras y voy en busca de la puerta de salida.

-¿Quién eres? -Susurra la niña. La miro sin saber qué decir.

-Una amiga de...

-¿Mi padre? -Me paro en seco frunciendo el ceño y mirando a la niña. ¡¿Su qué?!

-Sí, bueno, no, yo... -La niña acaba de dejarme sin palabras.

Sigo andando hasta la salida tratando de recordar qué leches pasó anoche.

Recuerdo que acabé hablando con Will y nos acabamos la botella del champán más caro que he visto.

Una vez llegado a la puerta, miro hacia atrás para despedirme de la niña quien me llevaba siguiendo todo el camino.

-No le digas nada a nadie, tú no me has visto. -Asiente con su pequeña cabeza y suspiro de alivio. No sé si voy a poder fiarme, los niños siempre dicen lo que les pasa.

Mierda, me voy a tener que poner los tacones si no quiero llegar con los pies sucios a casa.

¿Dónde estoy?

A mi lado, un coche pita y hace que todo en mi cabeza retumbe. ¡Qué dolor! Maldito coche.
Observo cómo se para en la acera en la que estoy. ¿Me ha pitado a mi?

La puerta se abre.

¿Devon?

Camina con paso decidido hacia mí con el ceño fruncido, bastante, diría yo.

-¿Qué has hecho con él? -Me habla enfadado. Apenas abro la boca para responder y él me interrumpe. -Joder, ¿sabes qué tiene hijos? -Señala la casa de donde he salido.

-Yo... No lo sabía... -Digo con culpabilidad. -¡Además, no hemos hecho nada!

Me mira de arriba abajo.

-¿Y tú qué? ¿Sabes que por conducir borracho te pueden multar y quitar puntos del carnet? -La verdad es que no sé a que ha venido eso, simplemente por cambiar de tema.

Su cara de enfado se esfuma y se abre paso una gran sonrisa que me hace sonreír a mi también.

-Ni con resaca te sacas todos esos artículos de abogada.

Suspira y me mira de nuevo de arriba abajo. ¿Qué le pasa?

-Vamos, sube, te llevo. -Me muerdo el labio y asiento algo avergonzada.

Una vez en el coche, Devon me avisa de que nuestro edificio no es que este cerca precisamente. Literal, estamos en la otra punta de la ciudad, o sea que tenemos un largo camino por delante.